Hace unos días marchó hacia el banquete de los gusanos Erich Priebke, uno de los escasos criminales nazis que fueron llevados a juicio. Es de suponerle sentado ahora mismo en el cielo a la derecha de su mentor Eugenio Maria Giuseppe Giovanni Pacelli, alias Pío XII, contemplando con sereno placer un infierno rebosante de judíos y comunistas.
Jesús no cumple leyes injustas para colorear
Fue condenado a cadena perpetua en 1998 por la masacre de las fosas Ardeatinas, donde los alemanes asesinaron a 335 italianos. Según la doctrina Parrús, le saldría a dos semanas de arresto domiciliario por cada muerto, condena que se hizo larga al empeñarse este individuo en vivir hasta los cien años, gracias a dios, rodeado de bellos recuerdos, fotografías amarillentas y visitas inconfesables, esperanzado en una nueva Europa que renace.
Priebke, que hoy pasaría por un reformista de derechas, también nos dejó un bonito legado con un vídeo autoexculpatorio en el cual se justifica aludiendo a la obediencia debida, y a eso vamos.
Actualmente, esto que llaman el modelo neoliberal, no nos podemos engañar ya a estas alturas, no es más que una nueva versión del fascismo, con los propios endemismos de cada país, al igual que antaño. Por ejemplo, en España tenemos la pintoresca versión nacional católica, pero más preocupante es la situación en países con alguna solera democrática como Gran Bretaña o Francia, lugares que los aborígenes de países poco democráticos creíamos erróneamente más fiables.
En Gran Bretaña se aprueban leyes que restringen gravemente los derechos a los inmigrantes. En Francia se ha expulsado a miles de gitanos. Cuando la situación se les vaya de las manos podrán argumentar que sólo cumplen la ley, como recientemente se ha escudado el gobierno socialdemócrata francés. Leyes que atentan contra una ética universal desgraciadamente inexistente, que utilizan las minorías como chivos expiatorios. Todo está en el manual.
A la par que se expulsa a los gitanos, se nos habla de índices de reducción de delincuencia y se amplifican en los medios absurdas noticias de gitanos roba-niños rubios de apariencia nórdica.
Cuando se expulsa a la gente de sus hogares, los policías justifican su trabajo en el cumplimiento de la ley, aunque esta sea manifiestamente injusta. Y cumplirán lealmente las leyes por venir, vaya que sí, como la próxima norma que impedirá a los pelirrojos comer paraguayas en jueves santo, si hace viento.
Lugares comunes: los judíos y los bancos
Todo esto nos traslada a los años 30. Recuerden la norma que impedía a los judíos sentarse en los bancos públicos. Así se empieza.
Somos testigos del comienzo de una pesadilla, y lo sabemos, y la mayoría silenciosa tiende a justificar todo, y además nunca viene mal un buen pogromo de vez en cuando para sacudirse las propias miserias y humillaciones.
A día de hoy, tras el funeral católico, nadie quiere hacerse cargo del cuerpo de Priebke, se guardan las formas con calculada hipocresía. Nuestra capacidad para desobedecer leyes leoninas, será un factor clave para que sus huesos no acaben depositados en unos años en el Panteón de Hombres Ilustres.
Lagarde
Lo prometido es deuda 