Posts etiquetados ‘Austerofilia’

Advertencia a náufragos: Este artículo puede causar moderado plumbismo.

En la era de la nueva racionalidad ya no hay respuestas racionales, muchas personas tienen la sensación de vivir por debajo de sus posibilidades… La interesada confusión de la propaganda ha alcanzado límites de broma en España, hemos asistido a una verdadera ciclogénesis delirante de declaraciones: la desigualdad social no aumenta (Rajoy), la pobreza no crece (Mato), el poder adquisitivo de las pensiones no desciende (Báñez), los salarios no disminuyen (Montoro), los informes sobre la pobreza no se corresponden con la realidad o la crisis se ha acabado (VV.AA. del Ibex 35, etc). En un principio podríamos pensar que nos toman por estúpidos, pero una aproximación más detenida señalaría que las teorías económicas hegemónicas parecen justificar cualquier cosa. Antaño dichas teorías se ocupaban de las correcciones de los llamados “fallos del mercado” (participación del sector público), hoy se centran en las “bondades del mercado” (fundamentalmente de capitales), esto es, la financiarización de la economía, las desregulaciones y las privatizaciones. Pero el problema de las teorías económicas no reside tanto en el análisis que se haga de ellas (aproximado o equivocado) sino en sus posibles aplicaciones prácticas sin haberlas sometido a  suficiente discusión crítica.

Las teorías económicas neoliberales presentan unas características propias, entre las que destacarían:

— Son establecidas como un dogma de fe ajenas a toda evidencia empírica a pesar de sus desastrosas consecuencias para el conjunto de la sociedad. Un ejemplo serían las propuestas de los seguidores de F. Hayek (1899-1992), auténticos geómetras euclidianos en un mundo no euclidiano, y la ultraliberal “escuela económica austriaca”, un mero relato ideológico ajeno al método científico que ha acabado por sustituir la “episteme” (el conocimiento económico) por la simple “doxa” (la opinión económica). Así, influyentes economistas se han apropiado de la administración del alma del ser humano, minimizando la experiencia vital, comunal, estética, espiritual, idealista, afectiva, pasional o sexual ante la verdadera y grandiosa “experiencia económica”.

FraudeIntelectual1Lpedeuda— Son promovidas por las élites extractivas del núcleo duro y hermético de las grandes entidades financieras y corporaciones multinacionales para favorecer sus propios intereses, amplificándolas a través los think-tanks, medios académicos y de comunicación afines donde son justificadas por una legión de “expertos” que, previo pago, les dicen a los plutócratas lo que éstos quieren escuchar para acabar siendo aplicadas por unos políticos dóciles y vendepatrias. Galbraith J. (1952) dice que las figuras dominantes en la economía “predicen el desastre cuando no se avecina ninguno, rechazan la posibilidad de acontecimientos posteriores, se oponen a reformas básicas y convenientes ofreciendo en su lugar placebo, fingen sorpresa cuando sucede algo adverso, y cuando finalmente se dan cuenta de que su posición es insostenible, cambian de tema en lugar de cuestionar sus ideas«. El psiquiatra suizo Paul Bleuler (1857-1939) decía que el pensamiento autista es la propia fantasía que no se modifica ni aunque la confrontación con la realidad la desmienta continuamente.

— Están hechizadas por el poder de la inducción y la (falsa) neutralidad metodológica. Este sería un tipo de razonamiento neoliberal: tres botánicos encuentran una nueva planta y tratan de saber si es o no comestible; los dos primeros la prueban y no notan nada, por tanto concluyen: la nueva planta es comestible. Pero este razonamiento tiene un problema: si el tercero prueba la planta y se envenena habría que revisar la conclusión. El razonamiento inductivo es posible pero no se pueden atribuir alegremente probabilidades a hipótesis construidas por inducción. Muchos “expertos” consideran que lo que ha funcionado en Letonia funcionará de manera idéntica en cualquier parte del mundo.

— Están hechizadas por el poder de los números macroeconómicos con los que contaminan todas las ciencias sociales. Este sería un tipo de razonamiento neoliberal: Juan acude a una fiesta donde hay un grupo de personas. Una dice: «65», y todos ríen. A continuación otra dice: «47», y todos se parten la caja. Juan pregunta qué está pasando y un participante se lo explica: «lo que pasa es que conocemos muchos chistes y los hemos contado tantas veces que los hemos numerado y para ahorrar tiempo ahora sólo decimos su número”. Juan piensa que también él lo podría participar y exclama: «¡83!» Pero nadie ríe. Juan decepcionado protesta: «¿qué pasa, acaso no es un chiste?». «Sí, sí lo es y además es uno de los buenos, lo que pasa es que usted no lo ha contado bien”. Y es que detrás de los números hay personas y no sólo vale que sólo sean contadas. Es dudoso establecer lazos directos entre los números y la propia identidad ciudadana; como dice Susan George (1934): “el fundamento económico de la austeridad es una patraña económica y matemática, todo esto está basado en la ideología”.

Aunque hay muchos fraudes económicos o pseudoeconómicos; repasemos a continuación algunos de los más bochornosos:

En 2015, varios medios publicaron parte de la “Lista Falciani“ con nombres de 130.000 evasores fiscales en la filial en el paraíso fiscal suizo del banco británico HSBC. Suiza vive básicamente de la evasión fiscal y lidera el llamado “Índice de Competitividad Global del Foro Económico Mundial” por la «innovación y sofisticación de sus negocios”. En España se ha identificado a 659 personas físicas con cuentas más que sospechosas, aunque el gobierno está estudiando todavía si emprende acciones legales contra dicho banco como ya han hecho otros países. Estos adalides de la cultura del esfuerzo y la evasión fiscal tuvieron muchas más facilidades para regularizar su situación fiscal que el común de los contribuyentes mediante la presentación de declaraciones complementarias de IRPF o por el Impuesto de Patrimonio (2010, gobierno del PSOE) o acogiéndose directamente a la amnistía fiscal (2012, gobierno del PP). Sin embargo, el 72% del fraude fiscal en España pertenece a grandes empresas y fortunas (estimándose en unos 42.000 millones de euros), mientras que autónomos, profesionales liberales y trabajadores con nómina tan sólo representan el 8% del total del fraude fiscal pese a que se les dedica el 80 % de los recursos de Hacienda. El informe de Oxfam (nº 35, mayo de 2014) señala que “mientras las personas físicas aportaron el 92% de la recaudación total del Estado en 2011 (…) las grandes empresas aportaron un 2% de la recaudación total; es decir, las familias aportaron 46 veces más que las grandes empresas”.

FraudeIntelectual2LpedeudaEn 2013, se destaparon los errores de dos economistas de Harvard, Carmen Reinhart (1955) y Kenneth Rogoff (1953), que en su trabajo “Growth in a time of debt” (Crecimiento en una época de endeudamiento), establecieron un umbral crítico para la deuda pública (del 90% sobre el PIB en adelante) tras el cual se produce el estancamiento económico. Para Reinhart y Rogoff el endeudamiento ralentizaría la economía en cualquier coyuntura, por lo que las políticas de austeridad estimularían el crecimiento económico. Sin embargo, esta fallida teoría, desmentida por los datos, fue tomada como dogma de fe por gran parte de las élites económicas, políticas y mediáticas a pesar de que, tras revisar la hoja de cálculo original, se detectaron numerosos fallos (fue destapado por un estudiante de doctorado de la universidad de Massachusetts, Thomas Herndon y sus profesores Robert Pollin y Michael Ash). Uno de los dogmas más extendidos es que los males económicos provienen de pecados desafortunados (gasto excesivo); se trata de un moralismo economicista: “hemos vivido por encima de nuestras posibilidades y ahora lo tenemos que pagar”.

En 2012, el economista y propagandista de la desigualdad social, Arthur Laffer (1940), dejó algunas perlas en el curso de Economía del neoliberal del Campus FAES: «si una economía es buena funciona igual en un mundo de dos personas que en uno de trescientos mil (…) Tenemos una recesión no a pesar del gasto público, sino por el gasto público (…) No hay nada malo en ser rico, pero hay algo intrínsecamente erróneo en ser pobre (…) Cuando dejas de pagar el paro a un desempleado es porque estás dejando de quitarle lo suyo al que trabaja; cuando das, quitas. (…) La austeridad es aumentar la libertad”. En 1980, este economista propuso la llamada “curva de Laffer”, mito y lugar común del neoliberalismo, que relaciona determinista y unívocamente ingresos fiscales y tipos impositivos, con la idea según la cual disminuyendo los impuestos después de un determinado umbral o punto de inflexión el Estado puede aumentar la recaudación. Sin embargo, dicho umbral concreto no ha podido determinarse aún en ningún país, lo que no impidió que fuese aceptada como dogma económico, fundamentalmente por las políticas económicas de oferta de los gobiernos de Margaret Thatcher y Ronald Reagan, que la utilizó como coartada “científica” para bajar impuestos a los ricos junto con otra idea mágica denominada “trickle down” (“goteo hacia abajo”), que presupone que las reducciones de impuestos a los ricos acaban llegando a los más desfavorecidos. Sin embargo, está política fue desenmascarada por el economista y diplomático J. K. Galbraith (1908–2006) y ya en el año 2003, la crítica llegó del director del Congressional Budget Office, economista y consejero republicano Douglas J. Holtz-Eakin (1958), que no pudo encontrar evidencias empíricas de las supuestas bondades sociales del “trickle down”. Estas políticas han supuesto muchos desajustes sociales derivados de la desigualdad de rentas pero aún se consideran molonas.

En 2012, Reid Hoffman (1967), cofundador de LinkedIn e “inversor de riesgo”, coescribió un libro con un chanante título: “El mejor negocio eres tú”. En él afirma que “uno no es sino lo que hace, y solamente hace aquello para lo que existe un mercado, y solo hay un mercado para aquello por lo que se paga a uno” y “las personas deben pensar que ellas mismas son los únicos directores ejecutivos de su propia trayectoria profesional”. Es decir, es el mercado lo que mide lo que somos, más allá no hay vida. El libro se inspiró en el artículo titulado “La marca llamada Usted (Yo, S.A.)” y “50 claves para hacer de usted una marca“ de Tom Peters (1948), y en Marc Andreessen (1971), otro gurú de Internet, “inversor de riesgo” y cofundador de Netscape, que nos iluminó: “a los mercados que no existen no les importa lo inteligente que eres, por tanto da exactamente lo mismo con cuanta dedicación has trabajado o con que pasión atiendes a tus intereses: si nadie te paga por tus servicios en el mercado laboral lo tendrás crudo. No tienes derecho a nada”.

En 2012, pese a los evidentes fallos del mercado, la cancillera alemana y europea Angela Merkel defendió la llamada “Marktkonforme Demokratie”, esto es la “democracia acorde con el mercado”, porque se supone que los mercados son más sabios (y mandan más) y las mercancías son artilugios de producir verdades. Ese año, el porcentaje del PIB correspondiente a los banqueros, corredores de Bolsa y demás financieros duplicó el del año 1980 y el valor mundial de los mercados de derivados negociados ya era 20 veces más que el PIB mundial. Pero, ¿quién es el mercado? ¿Quizá especuladores como John Paulson (Paulson & Co.), Warren Buffett (Berkshire Hathaway),‎ George Soros (Soros Fund Management), Kenneth Grifin (Citaldel Investment Group), Philip Falcone (Harbringer Capital), James Simons (Renaissance Technologies), Bill Gross (PIMCO), etc?

En 2011, Stephanie Bon, empleada de Colchester de 37 años del Lloyd»s Banking Group, fue despedida por preguntarse en su Facebook si era justo que ella cobrase siete libras la hora, mientras que el nuevo CEO, António Mota de Sousa Horta Osório, cobraba 4.000 libras la hora en salario, bonos, pensiones y otros beneficios, es decir 571 veces más,  según informó el Daily Mail.

En 2010, se puso de moda la llamada “Expansionary austerity” (“austeridad expansiva”) en la que se defendía que la bajada del gasto público no contrae el crecimiento económico en una economía que funciona por debajo del potencial de sus factores productivos (según proposición de tipo keynesiano) sino que ésta, por el contrario, puede ser expansiva ya que la austeridad crea “confianza” en los mercados financieros y en el sector privado. La idea fue difundida por los trabajos de Alberto Alesina (1957) y Silvia Ardagna (1969) en “Large Changes in Fiscal Policy: Taxes Versus Spending”, aunque finalmente tuvo que ser corregida (y posteriormente cuestionada) incluso en los estudios del propio Fondo Monetario Internacional (FMI), que primeramente lo había bendecido. Sin embargo, ni este desmentido académico ni los desastrosos efectos de las políticas de austeridad en Grecia, Portugal, Irlanda, España o Italia (recesión, paro, pobreza, emigración, etc.) no cohibieron a Olli Rehn, el máximo funcionario económico de la Comisión Europea, ni a los pseudoburócratas del BCE (Banco Central Europeo) con el ex-Goldman Sachs Mario Draghi a la cabeza, ni a gran parte de los políticos europeos que siguen creyendo en la falacia de la “austeridad expansiva”.

FraudeIntelectual3LpedeudaEn 2010 (6 de mayo) se produjo el llamado “Flash Crash”, durante el cual, en cinco minutos, el índice Dow Jones de Nueva York perdió cerca de mil puntos, recuperándose rápidamente en los siguientes veinte minutos. Aunque se desconoce la semilla del mal, el desplome lo provocaron los endiablados algoritmos de los ordenadores, programados por los quants y los corredores de Bolsa de alta frecuencia, que son los que negocian por nosotros. Ya en 1996, la American Physical Society, segunda mayor organización de físicos del mundo, detrás de la Deutsche Physikalische Gesellschaft, recomendó vivamente a sus asociados acudir a trabajar al gran casino de Wall Street. En EE.UU. el periodo medio de tenencia de acciones bursátiles ha pasado de cuatro años por término medio en la década de los años cincuenta a apenas 22 segundos actualmente. Por ello, no es raro ver que los agentes financieros instalen sus ordenadores en Nueva York para ganar unos valiosos milisegundos, ya que la velocidad de trasmisión de los datos desde Londres por fibra óptica es de unos 740 nanosegundos, una pérdida de tiempo demasiado grande para la hipermoderna especulación financiera.

En 2008, probablemente basándose en las pseudoprofecías del antiguo presidente de Citibank, Walter Wriston (1919-2005), que aseguraba que el Estado capitularía finalmente ante el sabio conocimiento de los mercados y la racionalidad omnipotente del homo œconomicus, Philippe Bobbitt (1948) defendió en el libro “Terror and Consent: the Wars for the Twenty-first Century” la implantación de los llamados “Estados de mercado de la información”, una variante del Estado mínimo al que se llega (no podía ser de otro modo) de manera natural y evolutiva. Su idea cayó de pié y Bobbitt se animó: “el Estado de mercado de la información no tiene clases sociales, no le interesan la raza, el origen, el sexo, también le son indiferentes valores como el respeto el sacrificio personal, la lealtad y la familia”. De nuevo, las trampas de la distopía neoliberal se camuflan como leyes naturales.

En 2008, el dogma de la autorregulación de los mercados financieros puso en un aprieto al organismo regulador del sistema financiero de EE.UU Securities and Exchange Commission (SEC), que acabó por destapar el mayor fraude financiero cometido por una sola persona: Bernie Madoff (1938). Madoff, ex-vigilante playero reconvertido en glorificado “experto financiero” en los ochenta y admirado pilar de la comunidad del East Hampton, estafó 50.000 millones de dólares a inversores institucionales y, sobre todo, grandes fortunas (entre ellos muchos clientes del BBVA y el Santander) proponiéndoles retornos del 12% a través de un poco sofisticado pero gigantesco esquema piramidal (Ponzi), por lo que fue finalmente condenado a 150 años de prisión, convirtiéndose en el único financiero que ha pagado sus desmanes con la cárcel debido que tuvo el detalle de especializarse en estafar a los ricos y no a los pobres. (Aunque visto de otro modo, al desplumar a los millonarios contribuyese a mitigar la escandalosa desigualdad de rentas de la que nos advierten, entre otros, Thomas Piketty en “El capital en el siglo XXI”.) Madoff fue investigado por la SEC cuando ya estafaba, al menos ocho veces entre 1992 y 1996, lo que no importó para ser agraciado con la presidencia de la bolsa de valores Nasdaq (lo que supone una gran visión para dicha institución financiera).

En 2007, el profesor de Finanzas de la Universidad de Chicago Eugene Fama (1937), dijo: «los mercados inmobiliarios son menos líquidos, pero la gente es muy cuidadosa cuando compra casas; se trata normalmente de la mayor inversión que van a hacer, de manera que estudian el asunto con mucho cuidado y comparan precios; me irrita que se hable de la palabra burbuja«. Fama había propuesto en 1970 la llamada algo así como “hipótesis de eficiencia de los mercados”, asumiendo que los mercados financieros siempre se autorregulan ya que un mercado de capitales en que los activos contienen la información disponible es necesariamente un mercado eficiente y, por ello, todas las burbujas que se producen tiene un origen político y no financiero. Pese a que hoy sabemos que los mercados financieros no se autorregulan y hemos asistido al último gran estallido de la burbuja inmobiliaria y financiera (sólo en el año 2009 quebraron 52 bancos estadounidenses), el dogma de “la eficiencia de los mercados financieros” sigue teniendo grandes e influyentes seguidores entre nuestros gobernantes. El propio Fama recibió el premio Nobel de Economía en el año 2013, pero la pregunta sigue en el aire: ¿cómo explicar los fallos y estragos de los mercados financieros y justificar su eficiencia y bondad infinita?

En 2007, el director ejecutivo de Lehman Brothers (multinacional financiera fundada en 1850) Richard S. Fuld (apodado Dick) y su mano derecha, Joseph M. Gregory (apodado Darth Vader), fueron advertidos de la mala praxis bancaria por dos de sus subordinados, el director global de bonos de alto rendimiento y préstamos apalancados (Alex Kirk) y el director global de ingreso fijo (Mike Gelband), que les avisaron de esta manera: «nuestro mercado de viviendas está corroído» y “tenemos que replantear nuestro modelo de negocio”. La respuesta no se hizo esperar: ese mismo año ambos fueron fulminantemente despedidos. En septiembre de 2008, Lehman Brothers anunció la quiebra; el resultado fue de 13.800 millones de dólares en pérdidas y 7.890 empleados despedidos. Sin embargo, Fuld obtuvo 40 millones de finiquito, cobró su último año 53 millones de salario y autorizó pagos de 20 millones de dólares a Gregory cuatro días antes de que Lehman se declarara en bancarrota. El presidente de Lehman Brothers para España y Portugal, Luis De Guindos dijo que “la crisis no es un fallo de mercado, sino de Estado” (2008); después fue nombrado ministro de Economía de España para solicitar a la feroz Troika que activara un rescate financiero de España “ante la irracionalidad de los mercados” (2012).

En 2007, las cinco mayores firmas financieras de Wall Street (Lehman Brothers, Merrill Lynch, Bear Stearns, JP Morgan y Citigroup) pagaron más de 3.000 millones de dólares a sus máximos ejecutivos (en los últimos cinco años) mientras contribuían a una de las mayores crisis financieras de la historia. Por ejemplo, Stanley O’Neall, el ideólogo de las hipotecas subprime, se llevó a casa 161 millones de dólares cuando dejó Merrill Lynch (52.200 millones en pérdidas y 5.200 despidos); James Cayne, se llevó 38 millones de dólares y vendió sus acciones por 60 millones más cuando Bear Stearns (9.159 despidos), el mayor banco de inversión de EEUU, pasó de valer 21.000 millones de dólares a solo 200 millones; James Simons de JPMorgan (14.300 millones en pérdidas y 4.100 despidos) cobró en 28 millones de dólares entre salarios e indemnizaciones y Charles Prince obtuvo 40 millones al dejar Citigroup (11.000 millones de dólares en pérdidas, 17.000 despidos) y cobró en su último año 65 millones más de salario.

En 2006, Frederic Mishkin (1951), economista ligado al BM (Banco Mundial) y al FMI (Fondo Monetario Internacional), cofirmó un caro informe (124.000 $) titulado “Financial Stability in Iceland” (Estabilidad financiera en Islandia) resaltando las bondades del sistema financiero islandés, muy desregulado y sobredimensionado desde 2001, y recomendando su implantación en otros países. En el mismo se decía: «la fragilidad financiera no es alta y las probabilidades de una crisis financiera son muy bajas». Apenas un año después del colapso financiero de Islandia Mishkin modificó chapuceramente en su CV el título del informe por “Financial Instability in Iceland” (Inestabilidad financiera en Islandia) tal y como muestra el documental “Inside Job” de Charles Ferguson). Sin embargo, ni esto ni la falta de previsión de la crisis han supuesto una catarsis para ejercer la necesaria autocrítica por parte de muchos académicos, paniaguados y “expertos en finanzas” que, visto lo visto, vendieron su alma al diablo.

FraudeIntelectual4LpedeudaEn 2006, Jeffrey K. Skilling (1953) fue condenado a 24 años y cuatro meses por el caso Enron. Como presidente de Enron Skilling implementó en su compañía un sistema de «gestión de recursos humanos» y promoción profesional llamado “rank and yank”, un modelo de competencia despiadada entre sus empleados con la permanente amenaza de despidos. Este esquema profundamente darwinista social corrompió a la empresa desde dentro. Lo más inquietante es que, según la revista Time, en el momento del colapso de Enron, una de cada cinco empresas estadounidenses estaban siguiendo el mismo disparate.

En 2003, el Premio Nobel de Economía de 1995, Robert Lucas (1937) dijo en la sede la de la American Economic Association (de la que era presidente) que “a efectos prácticos la desregulación de los mercados financieros es la solución a la depresión (…) El problema central de la prevención de la depresión ya está resuelto”. Ese mismo año nos dejó otra perla sobre las consecuencias del proceso de acumulación de capital: “el estudio de los temas de distribución es una de las tendencias perniciosas y dañinas en el conocimiento económico, en realidad, es venenosa para tal conocimiento”. Las aportaciones de Robert Lucas sobre las expectativas racionales y su visión economía de corte neoliberal adolece, como todas las ciencias sociales, de un exceso de inductivismo, al dar por buenas recetas económicas generales a partir de escasas observaciones particulares.

En 2003, una veterana y cualificada representante del grupúsculo del Tea Party de Texas (EE.UU.) llamada Debbie Riddle (1949) manifestó lo siguiente en “El Paso Times”: “¿de dónde vino la idea de que todo el mundo merece una educación gratuita, una atención médica gratuita y cualquier otra cosa gratuita? Viene de Moscú, de Rusia. Viene directamente de la boca del infierno. Y esta idea se disfraza hábilmente como propia de gente de buen corazón. Pero nada de buen corazón. Es la idea que rasga el corazón de este país«. Hans-Hermann Hoppe (1949) hiló más fino: “la democracia no tiene nada que ver con la libertad, es una variante suave del comunismo, y rara vez en la historia de las ideas ha sido tomada por otra cosa”. Se ve que no todos los neoliberales lo son por inspiración de la visión rebelde adolescente del mundo viejuno de “La rebelión de Atlas” de Ayn Rand pero casi.

En 2002 (c.) cuentan, entre otros Frank Schirrmacher (1959-2014), que justo después de los atentados del 11S, en un informe promovido por unos plutócratas alucinados de Wall Street se valoró hacer un mercado de futuros sobre posibles atentados terroristas, opción que finalmente fue sensatamente rechazada por descabellada, al considerar que los especuladores ganarían dinero con la realización de atentados tal y como ya lo hacen con las hambrunas y crisis alimentarias (aunque esto último no importe demasiado).

En 2001, el analista de JP Morgan David Li (1960) se inventó una fórmula matemática (de tipo alquímico) que cuantificaba los riesgos de las “obligaciones de deuda colaterales” (es decir, hipotecas basura) por lo que la banca utilizó la fórmula de coartada “matemática” multiplicando esas toxicidades financieras que se vieron favorecidas por las triples A con la que las premiaron las agencias de (des)calificación. Hoy la fórmula milagrosa está más desprestigiada que los pagarés de Nueva Rumasa (sus modelos probabilísticos se mueven con probabilidades de 1 vez cada 20.000 años), lo que no ha sido un problema para seguir aceptando irresponsablemente la falsa asepsia metodológica de la cháchara económico-financiera neoliberal y las justificaciones matemáticas de las  toxicidades que circulan a diario por los mercados de futuros y derivados financieros.

En 2001, el treintañero Henry Blodget (no confundir con Belfort, “el lobo de Wall Street” de  Scorsese) era el analista de mercados (de la camada de la todavía impoluta Merrill Lynch) más famoso en el venenoso mundillo de la banca de inversión de Wall Street debido a sus predicciones visionarias sobre las cotizaciones de las empresas tecnológicas. Ese año ganó doce millones de dólares netos anuales; sin embargo, el advenedizo Blodget recomendaba comprar a sus clientes acciones de empresas ruinosas que costaron pérdidas cienmilmillonarias después del estallido de la «burbuja puntocom». Blodget fue acusado en el año 2003 por el supervisor bursátil estadounidense (SEC) por malas prácticas y pagó una multa de cuatro millones de dólares retirándose del psicopático casino financiero.

En 2000, cerró por ruina la “empresa” (en realidad un fondo de inversión libre de carácter especulativo) Long-Term Capital Management dirigida por los economistas Myron Scholes (1941) y Robert Merton (1944) que aplicaban su “nuevo método” para determinar el valor de los derivados financieros con los que, además, fueron reconocidos con el premio Nobel de Economía en 1997 (supongo que por introducir el cálculo estocástico en las finanzas, lo que puede ser un fallo parecido a conceder el premio Príncipe de Asturias del Deporte a un dopado Lance Armstrong). El resultado fue que la empresa perdió 5.000 millones de dólares en sólo cien días (muchos especulando contra la moneda y la economía de Rusia), lo que no fue un problema para seguir venerando la opinión de los “expertos financieros” y para que variantes de este modelo se incluyeran en las calculadoras de los analistas financieros, que los consideraban poco riesgosos al presuponer que las crisis financieras ya eran historia.

FraudeIntelectual5LpedeudaEn 1999, en las postrimerías del gobierno de Clinton, en EE.UU. se anuló la llamada Ley Glass-Steagall vigente desde 1933 para proteger la banca de depósito comercial (ahorros) de la banca de inversión (especulación). Esta descabellada idea ideológica prestó su coartada fundamentalmente en los trabajos del economista Eugene Fama que propuso la hipótesis de eficiencia de los mercados y la autorregulación de los mismos. Poco importó que esta revocación facilitase el descontrol y caos financiero, o comprender que los mercados financieros no se autorregulan, o que la crisis financiera quedese mejor explicada por las contribuciones teóricas alternativas (por ejemplo, las de Hyman Minsky) o promulgar la tímida Ley Dodd-Frank de reforma de Wall Street y de protección del consumidor. (Esta Ley, de 2010, pretendía poner algo de orden en el desaguisado financiero pero apenas se pudo desarrollar completamente debido a que las asociaciones de consumidores contaban con 20 lobbistas frente a los 400 lobbistas y los mil millones de dólares del sector financiero para influenciar a los congresistas y entorpecer el desarrollo de la Ley.)

En 1997, el economista austroliberal Thomas Siems (1957) escribió un influyente panfleto titulado “10 Myths about financial derivatives” (10 mitos sobre los derivados financieros) donde se afirmaba que el creciente y enorme tamaño del mercado de derivados financieros no suponían una práctica bancaria insegura sino que, por el contrario, era muy sólida y prometedora. El origen de la crisis financiera (y las que vengan) han desmentido esto, pero no supone ningún problema para seguir aceptando el dogma de las bondades de la gran financiarización. Ya no se trata de hacer que los mercados financieros sean útiles y eficaces para el conjunto de la sociedad sino de pura auri sacra fames.

En 1994, Charles Murray (1943) escribió “The Bell Curve: Intelligence and Class Structure in American Life” junto a Richard J. Herrnstein en el que defendía que la situación de pobreza, desigualdad y exclusión social de la “infraclase” (las personas pobres) en EE.UU no dependía de su nivel socioeconómico o educativo sino de su propia respuesta a la condición de pobres. Debido al fuerte aumento de la desigualdad derivada de la política económica del Reaganomics se trataba de justificar las razones de la pobreza en las equivocaciones de los propios pobres como su falta de inteligencia, el embarazo adolescente y fuera del matrimonio, los actos criminales o la falta de voluntad para aceptar los trabajos disponibles para ellos. Las visiones de la pobreza basadas exclusivamente en el comportamiento y responsabilidad individual han gozado de gran predicamento entre las élites económicas y académicas de EE.UU. aunque hoy ya estén desprestigiadas como elemento explicativo único del aumento de la desigualdad que viene sucediendo desde los años ochenta en el mundillo anglosajón.

En 1992, el politólogo estadounidense Francis Fukuyama (1952), reinterpretando a su modo al filósofo ruso Alexander Kojève, publicó “El fin de la Historia y el último hombre” donde defiende que el triunfo del bondadoso capitalismo de libre mercado posreal ha puesto fin a las utopías de emancipación y al ser humano como sujeto histórico y conformador de la realidad a cambio de proporcionarnos un paraíso terrenal de libre mercado. “¡La sociedad no existe!” clamaban Margaret Thatcher y sus adláteres. Cada época se juzga por su filosofía dominante, el neoliberalismo se retrataba: posmodernidad y darwinismo social.

En 1991, George Kenneth Binmore (1940), experto en teoría de juegos no colaborativos, considerada la nueva escolástica, escribió “Designing Economic Agents that Behave Like Human Agents”, a fin de crear agentes económicos artificiales indistinguibles de los propios seres humanos. El Homo (homunculus) œconomicus, construido como un auténtico sociópata egomaníaco pasó de ser una simulación de laboratorio a la misma realidad, ya que nos convencieron de que somos seres codificados y sintéticos que si actuamos de acuerdo con las fórmulas matemáticas de las leyes aceptadas por los economistas prosistema y perseguimos únicamente nuestro propio interés, llegaremos mágicamente al mejor de los mundos posibles. El hombre moral abandona la sala cuando irrumpe el hombre económico.

En 1990, el artículo “CEO Incentives: It’s not how much you pay, but how” de Michael Jensen (1939) y Kevin Murphy (1958) sugería que, debido a que los mercados financieros siempre reflejan adecuadamente los precios (aunque esto sea una premisa falsa), las retribuciones de los ejecutivos deberían relacionarse, no ya con los sueldos de los burócratas, sino con los cambios en las cotizaciones bursátiles de sus empresas (pero sólo al alza, evidentemente). Esta idea cayó en gracia y al poco tiempo la mayoría de los ejecutivos financieros cobraban “opciones sobre acciones”, lo que incentivó la manipulación de la contabilidad de la economía de casino en su beneficio por lo que no es de extrañar que los resultados fuesen demoledores: salarios multimillonarios, extensión de la información privilegiada, falseamiento de cuentas, culto a la personalidad, obscena desigualdad, precios de las cotizaciones inflados por encima de su valor real, escándalos como el de Enron, crack financiero de 2008, etc. A mediados de los años setenta un alto ejecutivo ganaba unas 35 veces más que el sueldo medio de un trabajador de la empresa, actualmente esta distancia casi se ha multiplicado por diez. En el año 2007, Rick Wagoner, de General Motors, cobró algo más de 12 millones de dólares netos en salario, bonus y opciones sobre acciones al mismo tiempo que anunciaba bajadas de sueldos y despidos para 74.000 empleados.

FraudeIntelectual6LpedeudaEn 1983, Milton Friedman (1912-2006), premio Nobel de Economía en 1976, manipuló datos en las series históricas del Reino Unido sobre la masa de dinero y el gasto total a fin de avalar empíricamente su teoría monetarista en su publicación “Monetary Trends in the United States and United Kingdom” en colaboración con Anna Schwartz (1915-2012). Los econometristas de Oxford David Hendry (1944) y Neil Ericsson (1944) detectaron numerosos errores, pero no denunciaron la equivocación de la teoría monetarista, sino su falta de apoyo en los datos reales (ya en 1953, Milton Friedman publicó un artículo, “The Methodology of Positive Economics”, en donde defendía que no importaba que las premisas de una teoría fueran realistas o no sino lo que importaba eran si sus predicciones eran certeras). Aunque, en el fondo, la polémica ya no estaba en la incorrección o las limitaciones de la formalización matemática de determinados axiomas o teorías económicas, sino en la batalla ideológica por el control de la política económica, monetaria y fiscal, de la que Friedman fue un pionero, aunque hoy en día pueda ser considerado un moderado matemático comparado con sus posteriores y desatados herederos ideológicos.

Martín Abascania

>> Nuestro sueño pequeñoburgués se ha hecho realidad, por fin hemos pasado de vivir en un barrio de camellos, proxenetas y prostitutas a otro de emprendedores y esforzados contribuyentes a la riqueza nacional, ¡y sin movernos de casa!

VISIBLES

Y es que la Contabilidad Nacional va a empezar a computar en septiembre el efecto de la economía informal que generan las actividades del proxenetismo, la prostitución, el contrabando, la producción y el tráfico de drogas en el Producto Interior Bruto (PIB nominal) según exige la Comisión Europea.

BInvisiblesEspañaDrogasProstitucionPIB2

Pero esto no es nuevo, el nuevo sistema europeo de cuentas (SEC 2010) de Eurostat se aprobó en mayo del año 2013 para aplicar antes de 2018. Ya en el año 2010 el entonces Presidente del Instituto Nacional de Estadística (INE), Jaume García, adelantó está posible ventaja estadística para España: “la prostitución, el contrabando y el tráfico de drogas son tres sectores no despreciables de ámbito económico”. Canis, bacaladeros, yuppies y otros Pibes también agradecen el detalle.

Esto puede resultar extraño pero desde la actual óptica economicista hegemónica no tiene nada de particular, ya que las actividades desreguladas que evaden al fisco forman más parte del cotarro que sus derivadas morales.

El gobierno español y las nefastas políticas económicas y sociales austerófilas impuestas por la troika (Fondo Monetario Internacional, Comisión Europea y Banco Central Europeo) están de enhorabuena, con este nuevo truco contable (más dado a las manipulaciones de los datos que la contabilidad de Nueva Rumasa) volverá el crecimiento, disminuirá la ratio deuda/PIB y se alcanzarán los objetivos de déficit. Gobierno, 1 – Ciudadano recortado, 0.

Ahora todo parece encajar:

  • La renuncia de España a la Justicia universal no ha sido cosa de chinos, la puesta en libertad de decenas de narcotraficantes en los últimos meses obedece a la nueva lógica económica: una menor coacción del estado para los negocios de los emprendedores de sustancias recreativas para el ocio familiar.
  • La reforma del Código Penal (en el artículo 187) propuesta por el ministro de Justicia Gallardón dificultará la penalización por proxenetismo a los emprendedores del negocio de relax, naturaleza y coito familiar.

Y ahora, ¡a crecer!
Pero la medida de la prosperidad de un país mediante el crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB), que economistas, políticos y público en general consideran bueno por sí mismo, no tiene por qué serlo.

La crítica al PIB es muy antigua y se refiere a que es un indicador que no dice nada sobre la distribución de la riqueza, puede reflejar como oportunidades positivas desgracias como epidemias o terremotos, no refleja actividades “no económicas” que repercuten más en el bienestar de las personas que las meramente mercantilizadas, tampoco expresa el impacto de la actividad económica contaminante sobre el ambiente y se limita a contabilizar el trabajo remunerado, excluyendo, por ejemplo, un trabajo socialmente imprescindible como es el trabajo doméstico.

INVISIBLES

En general, el trabajo doméstico nunca ha tenido gran importancia para los economistas que, como se ha visto, prefieren incluir antes la prostitución, el contrabando o el tráfico de drogas en el PIB que actividades como cocinar, hacer la compra, lavar, fregar, limpiar, coser, planchar, regar, atender a las mascotas, cuidar a los niños, ancianos y discapacitados, etc. y eso que se estima que la prostitución y las drogas podrían aumentar el PIB hasta un 2% mientras que el trabajo doméstico lo aumentaría como mínimo un 20%.
BDetalleCampesinaSentadaAlFogonVanGogh
Esta incongruencia se debe a que las horas dedicadas al trabajo doméstico están realizadas mayoritariamente por las mujeres. Recordemos que cuando nuestras madres y abuelas dedicaban su tiempo a cocinar eran simples “cosas de cocina” sin importancia y ahora que los fogones se han profesionalizado y mercantilizado ya se trata de un asunto cotizado y prestigiado mayoritariamente por varones (“restauradores”, “chefs” o “creativos gastronómicos”). Esta invisibilidad contable no es casual sino que es fruto de la tradicional división del trabajo entre los hombres y las mujeres, de los espacios públicos y los privados y la separación la esfera productiva y la reproductiva.

Por tanto, la Contabilidad Nacional sigue sin otorgar ningún valor económico al trabajo doméstico, y por extensión al trabajo no remunerado cuyo producto no esté directamente orientado al mercado (por ejemplo, que una madre de el pecho a su bebé no cuenta en el PIB pero sí comprar un sucedáneo lácteo). Amigas y amigos, así esta el mundo.

Emmeline Pankhurst

DE PEPEROSOCIATAS

Parece que en las próximas elecciones al “Parlamento Europeo” del 25 de mayo no va a votar ni el Tato aunque los partidos de extrema izquierda y de extrema derecha probablemente van a ampliar sus votos y escaños; sin embargo, los partidos de extremo centro no tienen nada que temer ya que la coalición pro-austericidio (recomendada por nueve de cada diez plutócratas europeos austerófilos) que, como sabemos, está conformada por el Partido Popular Europeo (PPE) y el Partido Socialista Europeo (PSE) se hará nuevamente con el control mayoritario de la Eurocámara. Éstos podrán legitimar la Presidencia de nuestra querida Institución neoliberal llamada “Comisión Europea” eligiendo entre dos candidatos previamente perfilados: el neoliberal-derechista luxemburgués del PPE Jean-Claude Juncker (1954) o el neoliberal-sociata alemán del PSE Martin Schulz (1955).

BLOGJunckerSchulzPeperosociatasRecientemente la pareja Juncker y Schulz han escenificado una farsa de debate televisado en France24 previo a las elecciones europeas. Ésta resultó bastante esclarecedora para los cuatro gatos que lo siguieron en directo: prioridad absoluta a la economía y las finanzas y coincidencia en casi todo. Por ejemplo, Juncker y Schulz se oponen a los “eurobonos” y a las “euroletras”, Juncker y Schulz consideran que la disciplina fiscal es «necesaria e inevitable», Juncker y Schulz no aceptan una relajación en la “consolidación fiscal”, Juncker y Schulz condenan el crecimiento basado en el “déficit” y las “deudas cada vez más altas», Juncker y Schulz proponen combinar el “ajuste fiscal” con “inversiones selectivas”, Juncker y Schulz consideran que si Francia implementa reformas estructurales «valientes y ambiciosas» obtendrá el apoyo de la Comisión, Juncker y Schulz coinciden en que la salida del euro no sería ninguna solución “para crear empleo”, etc. «Agradezco que Martin se adhiera ampliamente a mis ideas» dijo un sonriente Juncker, «si Jean Claude me copia y me da la razón me parece excelente» apostilló Schulz. Euro-pantomima.

DE SOCIATAS

El nuevo primer ministro francés, Manuel Valls del Partido Socialista (PS), ha asumido pronto el guante de las reformas estructurales «valientes y ambiciosas». Sin embargo, al mismo tiempo que Valls anunciaba la reducción del gasto público y la congelación de los sueldos de funcionarios, las pensiones y las prestaciones sociales con la misma justificación moralista que ya escuchamos antes en Grecia, Irlanda, Italia, Portugal y España (esto es: «no podemos vivir por encima de nuestras posibilidades«), la penosa cabeza de lista española al Parlamento Europeo del Partido Socialista (PSOE), Elena Valenciano, dijo en París que los electores europeos tendrán que elegir en estas cruciales elecciones entre dos modelos distintos: el del “neoliberalismo” del Partido Popular Europeo (PPE) y el de “las políticas de progreso” del Partido Socialista Europeo (PSE) ya que los sociatistas representan una Europa “más unida y fuerte, más social, atenta con los desfavorecidos, que defiende el modelo social y el interés de las personas por encima de los mercados, con el empleo como prioridad y que rompa la tiranía de la austeridad»). Demoledor.

Una semana antes, el también valor en alza de “las políticas de progreso”, Juan Moscoso del Prado, profesor universitario y consultor financiero, hijo del exministro y ex fiscal del Tribunal Supremo de España (Javier Moscoso), diputado por Navarra en el Congreso de los Diputados desde hace diez años, secretario para la Unión Europea de la ejecutiva de Pérez Rubalcaba (el sociata favorito de las élites económicas y financieras), ponente del lamentable Tratado de Lisboa y futurible cargo en un gobierno PPOE, presentó su apasionante libro titulado “Ser hoy de izquierdas. Por una izquierda moderna y ejemplar” coescrito con el tonyblairista Matt Browne (el mismo que dijo aquello de “en los países desarrollados los progresistas nos enfrentamos a un reto de coalición”). Moscoso del Prado es un socialista ejemplar tal y como se refleja en sus declaraciones, de la que se ofrece una selección de extractos: “Las clases sociales han desaparecido y los ciudadanos ya no se definen por su situación en el mundo del trabajo, se definen por muchos otros factores, sobre todo por su capacidad de consumo, que se ha convertido en elemento identificador e igualador; la izquierda debe olvidar el discurso de clases y potenciar el discurso de la ideología para, a partir de ahí, buscar grandes alianzas con otros sectores y captar apoyos en función de intereses y particularidades ideológicas; hay que hacer más micro-política”. Prosigue el moderno izquierdista del Prado: “La izquierda se vio desbordada por la crisis económica, nadie alertó de los riesgos, fue un tremendo error colectivo. De este modo, el 15-M se podía haber convertido en un partido antisistema o algo peor. Por suerte, la ciudadanía ha optado por defender sus ideas desde los partidos y las instituciones”. Para cerrar: música de violín.

DE PEPEROS

La derecha española (PP) es menos cínica que sus colegas sociatas con los recortes y las políticas austericidas (de los y las austerófilas que van a calzón quitado: que si ajustes, que si sacrificios, que si competitividad, que si sostenibilidad, que si desindexación, que si movilidad exterior, que si reformas estructurales, etc.), las aplica con disciplina y se limita posteriormente a falsear la realidad tratando de ocultar los efectos deletéreos y los estragos sociales que producen dichas políticas (que si la desigualdad no aumenta, que si el poder adquisitivo de las pensiones no desciende, que si los salarios no disminuyen, que si la crisis se ha acabado, etc.). No obstante, entre tantas mentiras, se cuenta en los propios mentideros parlamentarios que una vez, y sin que sirviera de precedente, el Ministro de Hacienda y Administraciones públicas, Cristobal Montoro, el estilete de las añagazas, dijo la verdad: fue a finales de diciembre de 2012 cuando, tras servirle un camarero del Congreso un café con leche algo cortado, dijo: “esta leche no esta buena” (a lo que Dolores de Cospedal respondió: “y mañana es Navidad”).

Sin embargo, Montoro hace unos días nos ha regalado la mentira más indecente y dolorosa de la temporada. El último informe de Cáritas Europa sobre la pobreza (con estadísticas oficiales de Eurostat y datos propios de atenciones directas) señalaba que España es el segundo país de la Unión Europea con más pobreza infantil detrás de Rumanía, datos que fueron contestados con prontitud por el ministro de Hacienda negando que se correspondieran con la realidad española porque Cáritas mezclaba conceptos pérfidamente y se basaba en «mediciones estadísticas» (Montoro es catedrático de Hacienda Pública y sabe que los informes de este tipo sin estadísticas no son más que panfletos ideológicos), por lo que recomendaba a Cáritas que no provocase debates en ese sentido. Poco después vino otro revés para el ministro: Save the Children señalaba que España es el segundo país europeo que menos reduce su pobreza infantil a través de las ayudas sociales públicas.

BLOGNegacionPobrezaEsta última mentira de Montoro, al ser tan burda, apenas ha podido ser amplificada y justificada en los medios de comunicación más afines al gobierno y a los recortes; salvando el incombustible director del periódico “Larazon”, Francisco Marhuenda, que nos aclaró que el informe de Cáritas Europa, en el fondo, es una “parida” y que «en todos sitios hay pobres, lo que es inevitable», y algunos otros colaboradores reunidos en la web neoliberal libremercado.com. Así, según se puede ver en la imagen, junto con las apasionantes noticias “Letizia repite conjunto para dar la bienvenida al buen tiempo” y una foto poco agraciada de Mickey Rooney, aparece el artículo del neoliberal Diego Sánchez de la CruzLas trampas del informe de Cáritas sobre la pobreza”, del ultraderechista-liberal Manuel LlamasHay pobreza y pobreza” (ambos negando la legitimidad del indicador de “pobreza relativa”, para ellos pobreza debe de ser vivir en cualquier país con menos de dos dólares diarios) y el clásico comentario adanista del economista distópico Carlos Rodríguez Braun sobre el artículo de El Mundo titulado “Las ayudas no consiguen atajar la pobreza infantil” en el que nos ofrecía la clave del asunto: “los pobres, y todos, no necesitan más ayudas, sino menos obstáculos” (es decir, en la realidad mental delirante de los neoliberales, todas las personas parten mágicamente con las mismas oportunidades y los efectos de la pobreza se deben exclusivamente a carencias en la iniciativa personal).

Jean Claude Martin

Abrimos la sección de paniaguados, encubridores y colaboracionistas con los intereses de la minoría plutocrática con el “premio Friedrich Hayek a los que despotrican contra lo público pero cobran de la Universidad pública”. Y es que, al igual que Hayek (1899-1992), en un ejercicio de deshonestidad e incoherencia, son numerosos los profesores de la Universidad pública que no les mola lo público y abogan por la privatización de todas las esferas de la vida. La medalla de oro se la concedemos por unanimidad a Jürgen Donges.

HayekDongesOKAustericidioEspaña

MEDALLA DE ORO. El profesor hispanoalemán Donges (Sevilla, 1940) es catedrático emérito de ciencias económicas de la Universidad de Colonia del Estado de Nordrhein-Westfalen. Desde muy pronto, Donges apuntó maneras privatizadoras ya que fue presidente de la “Comisión para la Desregulación de la Economía” de la RFA (1988-91), miembro de la “Comisión del Gobierno Federal alemán sobre la reforma del sector Público” (1995-97) y asesor permanente del “Consejo de Expertos Económicos de Alemania o de los cinco sabios de política económica” (1992-2002) todas ellas para liquidar de saldo la RDA en favor del gran capital e impulsar la agenda ideológica neoliberal.                                   El premio lo obtiene Donges por su combinación de autoritarismo prusiano y gracejo sevillano en su defensa de la tanatoterapia económica austericida, ya que siempre que tiene ocasión refleja en su cháchara sobre España. Su retrato está colgado de los despachos de los banqueros con el letrero “empleado del mes” y en El Jueves y demás prensa especializada como “gilipollas de la semana”; si surgiera una nueva Hannah Arendt podría escribir “Donges en Madrid. Un estudio sobre la banalidad del mal”.

A continuación se exponen algunas de las simpáticas deposiciones verbales, auténticas perlas, que le han hecho digno acreedor de tan penoso reconocimiento:

“Merkel no expulsará a España de la eurozona, pero vigilará muy de cerca sus reajustes presupuestarios”.
«España se ha convertido en un protectorado de la UE, por suerte para todos».
“Todo el mundo sabe que España es un país de riesgo, nos guste o no”.
“Ustedes, los españoles, todavía tienen que acostumbrarse a que tienen una crisis y a que han vivido por encima de sus posibilidades”.
“La confianza de los mercados sólo se restituye acometiendo reformas drásticas. Sin tibiezas; no hay que discutirlo, hay que hacerlo».
“Rajoy está haciendo lo que está teniendo que hacer y da igual de donde vengan las ideas, hay que hacerlo y punto”.
«Hay mucho margen para recortar en España».
“Los ajustes fiscales han llegado con varios años de retraso”.
“Aplaudo el ajuste fiscal, por supuesto, y todo lo relacionado con el sistema bancario, la reforma laboral y el sistema educativo; todo esto va en una buena dirección. Lo que me llama la atención es que falta contundencia ya que se pierde el tiempo buscando consensos políticos”.
“Los deberes pasan por ajustar el déficit estructural y apostar por los impuestos indirectos que son los que no castigan la inversión”.
“La receta es más austeridad y contundencia”.
“España ha de hacer como Irlanda que hizo un ajuste brutal y ha conseguido ganar la confianza de los mercados”.
“El Gobierno tiene que tener mucho cuidado de que en los mercados financieros no vuelvan las dudas”.
Da igual si la economía española empieza a crecer ahora, en el trimestre que viene o en el 2015; solo son cifras. Lo importante es que la economía está encarrilada, las exportaciones siguen creciendo, la competitividad aumenta y se acometen reformas estructurales. El único riesgo es la posible tentación de ralentizar los procesos de ajuste”.
“Si me hubiera dicho alguien hace diez años que se podía hacer una reforma laboral como la que se ha hecho hubiera dicho que era imposible. Pero de repente ha sido posible y lo ha sido por las presiones de fuera; en tres o cuatro años los españoles se darán cuenta de que es un país que ha cambiado radicalmente”.
“La reforma laboral va por buen camino ya que introduce flexibilidad en el mercado de trabajo, pero posiblemente haya que ser más contundentes en ese sentido».
HayekPragaDavid CernyiJürgenDonges “Eliminar las subvenciones a los sindicatos sería una muestra de determinación en las reformas”.
“Los asalariados españoles sólo tienen dos opciones: o bajar sus salarios o ir al paro».
“La solución a la crisis es precariedad o paro. Es lo que hay”.
“En países a los que les gusta tanto la diversión, como España, una crisis hace que los trabajadores empiezan a equilibrar la jornada laboral con el rendimiento”.
“Se emplea demasiada gente en el sector público y uno se pregunta que qué es lo que hacen”.
“En el sector agrario seguirán pobres, pero viviendo del cuento«.
“Siguen pendientes otras reformas estructurales como la edad de jubilación, que se va a tener que subir por narices«.
“El sistema educativo es esencial, ahí hay que hacer reformas estructurales”.
“También en la sanidad son válidos los principios de la economicidad”.
“El modelo social europeo del Estado distribuidor no es financiable ni eficaz”.
“Hay ciertos factores en el funcionamiento de los mercados y la economía que no podemos eliminar por las buenas, al igual que no podemos ignorar la ley de la gravedad. Esas reglas son así”.

 ¡Enhorabuena campeón!

Se cumplen tres años del infausto mayo de 2010 donde iniciamos oficialmente el camino del austericidio guiados por los “inefables expertos” de la troika (no me refiero al moderado terceto Bujarin, Ríkov, Tomsky sino al feroz trío Fondo Monetario Internacional, Comisión Europea y Banco Central Europeo). De todos ellos hoy me referiré al Banco Central Europeo (BCE, institución supuestamente semipública pero, en el fondo, sucursal del Deutsche Bundesbank y lobby de los bancos) cuyo diseño institucional a favor de la gran banca es culpable de muchos de nuestros males y nos ha obligado a regalarles al menos 100.000 millones de euros de nuestros impuestos en el periodo 2010-2013 a cuenta de los intereses de la deuda. Y todo esto mientras la banca, con la germana a la cabeza, deshacían sus posiciones (y exposiciones) en España fruto de sus malas praxis e inversiones y nos daban lecciones de austeridad y desapalancamiento.

La trama comienza cuando descubrimos que la tóxica banca europea, zombi y yonqui a partes iguales, necesita periódicamente “inyecciones de liquidez”. Con este panorama, el 24 de junio de 2009 el BCE distribuyó entre 1.121 bancos 442.241 millones de euros, el 21 de diciembre de 2011 fueron 489.191 millones de euros a 523 entidades bancarias y el 29 de febrero de 2012 la cuantía se elevó a 529.531 millones de euros a 800 bancos. Esto ha supuesto, en sólo tres tandas, 1,46 billones de euros desembolsados por el BCE (es decir 1,5 veces el PIB de España o el 17% del total del PIB de la zona Euro) a los bancos en condiciones muy favorables.

El truco es el siguiente: El BCE presta dinero a los bancos a un tipo de interés del 1% ”para facilitar el crédito a los hogares y las empresas” pero estos destinan el dinero a cubrir sus vencimientos y sanear su tesorería comprando deuda soberana (española e italiana sobre todo) que ofrecen grandes rentabilidades (entre el 4% y 6% de interés) ya que los estatutos del BCE prohíben financiar directamente a los Estados al 1% (de ahí que 9 de cada 10 euros de deuda pública la tengan las propias instituciones financieras). Es decir, España va al BCE y dice: “necesito 100, dame 100 y te devuelvo 101” y el BCE le contesta: “sí, efectivamente yo doy dinero al 1% pero sólo a los bancos, así que si quieres 100 pídeselo directamente a los bancos”. Entonces España va al Banco A y repite: “necesito 100” y el Banco A le contesta: “vale, te doy 100 pero me das 105 porque es lo que dice el mercado”. España suspira: “que remedio, dame los 100 y te devuelvo 105 porque nadie me lo va a dar y lo necesito para afrontar los pagos”. Entonces el Banco A, que coge 100 del BCE con el compromiso de devolver 101 y acto seguido presta 100 a España con la garantía de recibir 105, y piensa para sí mismo: “vaya chollo que tenemos en la Unión Europea, acabo de ganar 4 limpios (105-101) con un simple golpe de ratón”.

Por tanto, el BCE le está regalando gratis a los bancos la diferencia (entre un 3% y 5% de intereses, esto se traduce en miles de millones de euros) tan solo con que éstos compren deuda pública (esta inversión apenas presenta riesgo ya que una suspensión de pagos de cualquier país del euro daría al traste con el contubernio montado en torno al euro, ya sabemos “deuda pública=activo sin riesgo”). Esa cantidad es la que tenemos que la ciudadanía tiene que financiar con los recortes en los servicios públicos a fin de socializar las pérdidas bancarias, regalar nuevas apuestas de casino a los especuladores y cerrar el círculo del tinglado de la plutocracia para conservar su poder y capital.

Si esto es lo que queremos Herbie PopneckerY, mientras tanto, ¿qué hacen nuestros representantes, los políticos? Pues ni más ni menos que el mayor atentado contra nuestra soberanía y la “democracia que nos hemos dado”: con plena agostidad, interrumpiendo sus merecidas vacaciones estivales, sus señorías aprobaron de urgencia (en Agosto de 2011) una reforma de la Constitución Española (en su artículo 135) con el liderazgo del PSOE y el apoyo sin fisuras del PP para establecer constitucionalmente la prioridad del pago del déficit y los intereses de la deuda sobre cualquier otro gasto. Para nuestro bochorno dice así en su apartado 3º: “los créditos para satisfacer los intereses y el capital de la deuda pública de las Administraciones se entenderán siempre incluidos en el estado de gastos de sus presupuestos y su pago gozará de prioridad absoluta”.

Bueno, quizá priorizar absolutamente el pago de los intereses de la deuda en la Constitución española no sea tan grave o pecaminoso, la Iglesia Católica ya modificó el “Padre Nuestro” hace un par de décadas ya que Jesús de Nazaret dijo claramente “perdónanos nuestras deudas, tal como nosotros ya hemos perdonado a nuestros deudores” (Mateo 6:12) pero la Iglesia Católica, que se arroga el derecho de corregir al mismísimo hijo de Dios, lo ha cambiado por “perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden”, plegaria algo más “financieramente correcta”.

1) LOS DATOS. EL TIMO DE LOS INTERESES DE LA DEUDA

Ahora que se ha comentado una de las maneras de transferir capitales de los irresponsables ciudadanos que “han vivido por encima de sus posibilidades” a los pobrecitos bancos “que han sufrido la coacción de los Estados” analizaremos las cantidades que, repito, hemos regalado a los bancos por obra y gracia del diseño institucional del BCE a favor de los intereses del gran capital.

La tabla 1 recoge la evolución de algunos de los indicadores en el periodo comprendido entre el año 2007 (antes de la crisis) hasta 2013. En un primer vistazo se ve el excelente resultado de las políticas de austeridad auspiciadas por los fieras de la troika y seguidas disciplinadamente por los gobiernos del PSOE y del PP: decrecimiento del PIB en un 2%, aumento de la deuda pública un 123%, aumento de la deuda sobre el PIB en 39 puntos porcentuales (y eso que por el arte de la contabilidad no se incluyen las ayudas a la banca, que en caso de hacerlo todavía sería mayor) y descenso de los ingresos públicos sobre el PIB (4 puntos porcentuales a la espera de consolidar los resultados del año 2013).

Tabla 1. Lo prometido es el interés de la deuda.

graf01

Pero más interesante resulta el escandaloso crecimiento del 142% en el periodo 2007-2013 de la partida destinada al pago de los intereses de la deuda (porcentaje que se elevaría al 166% si se considera el total del dinero a pagar incluyendo las amortizaciones de la deuda comprometidas, los datos son públicos a través de la página http://www.sepg.pap.minhap.gob.es/sitios/sepg/es-ES/Presupuestos/PresupuestosEjerciciosAnteriores/Paginas/PresupuestosEjerciciosAnteriores.aspx).

En el periodo 2007-2013, hemos pagado un total de 167.672 millones de euros sólo en intereses de la deuda, que es ni más ni menos que el 50% de toda la deuda pública que teníamos en 2007 y eso que como es fácil comprobar ni desciende el déficit público ni la cuantía de la deuda (en realidad hace lo contrario, cuantos más intereses pagamos, más aumenta la deuda). Y para analizar la cuantía de esta cantidad bastaría compararla con los recortes de 10.000 millones de euros en Sanidad y Educación (Abril de 2012) o los 65.000 millones de euros adicionales en el nuevo paquete de recortes antisociales (Julio de 2012).

Desde el año 2008 cada ciudadano español (hombres, mujeres, bebés, ancianos, nacionales, residentes extranjeros, etc.) ha destinado una media de 1,50 € cada día a los intereses de la deuda. Habida cuenta que en mi barrio me puedo tomar una caña generosa por 1,50 € y solo salgo una vez a la semana, con el dinero destinado a los intereses de la deuda me podría tomar 7 cañas en cada una de mis salidas semanales, y luego se quejan los barmans de que nuestro recorte de presupuesto en birras ya no puede seguir financiando la universidad de sus hijos.

Pues bien, de esos 167.672 millones de euros esfumados en intereses de la deuda podríamos habernos ahorrado en torno a 135.000 millones si los estatutos del BCE financiasen directamente a los Estados al 1% tal y como hacen con los bancos. Esto es una decisión política y no económica por lo que la solución al desaguisado también podría ser política: declarar esa parte de la deuda ilegítima, no pagarla y dedicarla a refinanciar la Sanidad, la Educación o la inversión pública y con ello crear miles de puestos de trabajo.

2) EL MIEDO. EL TIMO DE LA PRIMA DE RIESGO

Pero para que este tinglado plutocrático funcione se necesita que la gente lo acepte y para ello existen principalmente dos vías: 1º) la ignorancia del populacho de los cambalaches del chiringuito financiero y 2º) el miedo del populacho ante la hecatombe de la civilización.

Hablaré del miedo. Y para ello hablaré de la antaño famosa (y temida) prima de riesgo. Tradicionalmente la prima de riesgo es un indicador sin ninguna relevancia en los manuales de economía pero ha encontrado su momento en el ambiente de la doctrina del shock. La prima de riesgo es el sobreprecio que paga un país por capitalizarse en los mercados internacionales a través de sus emisiones de deuda pública comparados con los de Alemania (que se supone que siempre tiene un riesgo de impago nulo) y es un indicador de la solvencia de un país y de la cuantía de los intereses que paga por financiarse

Dos pájaros de un tiro se matan con una prima de riesgo desbocada: 1º) objetivamente una prima de riesgo alta mantiene los intereses de las subastas de deuda pública más altos así los bancos compradores pueden hacer más negocio, y 2º) subjetivamente la prima de riesgo es la gran amenaza, la espada de Damocles, el anuncio del Armagedón económico, que sirve para imponer recortes, intervenir la política presupuestaria y establecer líneas rojas de intervención con condicionalidad macro y micro económica (por ejemplo, la “barrera psicológica” de los 500 puntos con los que se intervino a Irlanda o Portugal) a los Estados presuntamente «más gastosos».

Pero curiosamente la prima de riesgo más que a los Estados se refiere a los sistemas financieros que operan en esos Estados y más que a la deuda pública refleja más la privada cuando no la posición Target de los sistemas bancarios dentro del eurosistema. Un ejemplo de esto lo vemos en el siguiente gráfico de la evolución de la prima de riesgo en España, se aprecia que su valor siempre ha sido más alto que el que tenía en el comienzo oficial del austericidio (mayo de 2010) por lo que los bancos han ganado mucho dinero con la compraventa de bonos españoles (pagados a un interés más alto).

Gráfico 1. El Armagedón financiero-contable, la famosa prima de riesgo española ningunea a Zapatero y Rajoy pero no a Draghi.

graf02

       Se observa que la prima de riesgo va a lo suyo, no se deja impresionar por los anuncios de recortes de los aventajados alumnos de lo neoliberal como Zapatero o Rajoy (o los cambios de gobierno) tal y como nos cuentan machaconamente los políticos y medios de comunicación (que dicen “la prima de riesgo sube porque vivimos por encima de nuestras posibilidades, porque tenemos unos servicios públicos sobredimensionados, porque tal o cual político ocupa la Moncloa, etc.”) esto, claro está, no es más que una pantalla para justificar los recortes metiendo miedo a la ciudadanía ya que la prima de riesgo baja momentánea pero en mayor medida cuando el Banco Central Europeo interviene en los mercados de deuda, por ejemplo mediante los 1,46 billones de euros desembolsados ya comentados o cuando Draghi (el presidente del BCE, exdirector ejecutivo del Banco Mundial y exvicepresidente para Europa, como no podía ser de otra manera, de Goldman Sachs) anunció el programa OMT (Outright Monetary Transactions) en verano de 2012 para implementar importantes compras de deuda soberana en los mercados secundarios. Sin embargo, buscar demasiadas causas a las subidas y bajadas de la prima de riesgo (depreciación del yen, bajada de tipos, etc.) es inútil pues, como casi todo lo financiero, algo que es meramente irracional no puede estar sometido a razones.

Por tanto, para empezar, a pesar de lo que diga la adulterada Constitución en su artículo 135, no habría que pagar la parte ilegítima de los intereses de la deuda generados desde 2007 (más del doble de todos los recortes que hemos sufrido los españoles) en virtud de un diseño institucional del BCE al servicio de la banca internacional y los intereses de la plutocracia austerófila. Y para continuar, habría que empezar a pensar en alternativas al propio dinero, al sistema financiero internacional y a la financiarización de la economía que son intrínsecamente destructivas para la sociedad.

Dataman Tristamshander

El pasado 12 de diciembre libremercado.com publicó un tronchante artículo titulado “La reforma de Báñez logra parte de sus objetivos: más flexibilidad y menos despidos” en el que se aplaudía la “reforma laboral más ambiciosa de las últimas tres décadas” otorgándola bondades como “más flexibilidad” para que las empresas “no recurrieran siempre al despido ante las dificultades económicas” y “reducir el elevadísimo nivel de temporalidad”. Reconocía que “es cierto que ha subido el número de despedidos por ERE en un 23%” pero no dudaba en afirmar que “poco a poco, los despidos están dejando paso a las reducciones de jornada, sueldo y a otro tipo de cambios en las organizaciones”.

Pero este penoso artículo no es más que uno de tantos para defender lo indefendible. No se trata más que de una batalla ideológica de fondo que persigue destruir los derechos laborales y sindicales desregulando (no flexibilizando) el llamado “mercado laboral”. De este modo, anteponer la propia ideología a los hechos se está convirtiendo en un clásico en el feroz y competitivo mundillo de los “expertos neoliberales”. Darrel Huff en su clásico “How to lie with statistics” de 1954 dijo: “examine dos veces lo que lea, y evitará creer una cantidad de cosas que no son verdad”.

ReformaLaboralRajoyChiquitoCalzada

No obstante, coincido en que la reforma laboral está siendo un éxito ya que ésta no tiene por objetivo principal más que la devaluación interna vía salarios y de paso reducir los costes laborales, es decir, como no se puede devaluar la moneda (no tenemos soberanía monetaria) se deprecian los salarios y la renta de la población. Además, a estas alturas ya sabemos que el empleo aumenta cuando lo hace la actividad económica y no al revés y que ni una sola de las 18 reformas laborales que se han aprobado en España (centradas fundamentalmente en tres ejes: moderación salarial, contratos temporales y abaratamiento del despido) ha servido para eliminar el problema estructural del desempleo.

(más…)