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En la era de la nueva racionalidad ya no hay respuestas racionales, muchas personas tienen la sensación de vivir por debajo de sus posibilidades… La interesada confusión de la propaganda ha alcanzado límites de broma en España, hemos asistido a una verdadera ciclogénesis delirante de declaraciones: la desigualdad social no aumenta (Rajoy), la pobreza no crece (Mato), el poder adquisitivo de las pensiones no desciende (Báñez), los salarios no disminuyen (Montoro), los informes sobre la pobreza no se corresponden con la realidad o la crisis se ha acabado (VV.AA. del Ibex 35, etc). En un principio podríamos pensar que nos toman por estúpidos, pero una aproximación más detenida señalaría que las teorías económicas hegemónicas parecen justificar cualquier cosa. Antaño dichas teorías se ocupaban de las correcciones de los llamados “fallos del mercado” (participación del sector público), hoy se centran en las “bondades del mercado” (fundamentalmente de capitales), esto es, la financiarización de la economía, las desregulaciones y las privatizaciones. Pero el problema de las teorías económicas no reside tanto en el análisis que se haga de ellas (aproximado o equivocado) sino en sus posibles aplicaciones prácticas sin haberlas sometido a  suficiente discusión crítica.

Las teorías económicas neoliberales presentan unas características propias, entre las que destacarían:

— Son establecidas como un dogma de fe ajenas a toda evidencia empírica a pesar de sus desastrosas consecuencias para el conjunto de la sociedad. Un ejemplo serían las propuestas de los seguidores de F. Hayek (1899-1992), auténticos geómetras euclidianos en un mundo no euclidiano, y la ultraliberal “escuela económica austriaca”, un mero relato ideológico ajeno al método científico que ha acabado por sustituir la “episteme” (el conocimiento económico) por la simple “doxa” (la opinión económica). Así, influyentes economistas se han apropiado de la administración del alma del ser humano, minimizando la experiencia vital, comunal, estética, espiritual, idealista, afectiva, pasional o sexual ante la verdadera y grandiosa “experiencia económica”.

FraudeIntelectual1Lpedeuda— Son promovidas por las élites extractivas del núcleo duro y hermético de las grandes entidades financieras y corporaciones multinacionales para favorecer sus propios intereses, amplificándolas a través los think-tanks, medios académicos y de comunicación afines donde son justificadas por una legión de “expertos” que, previo pago, les dicen a los plutócratas lo que éstos quieren escuchar para acabar siendo aplicadas por unos políticos dóciles y vendepatrias. Galbraith J. (1952) dice que las figuras dominantes en la economía “predicen el desastre cuando no se avecina ninguno, rechazan la posibilidad de acontecimientos posteriores, se oponen a reformas básicas y convenientes ofreciendo en su lugar placebo, fingen sorpresa cuando sucede algo adverso, y cuando finalmente se dan cuenta de que su posición es insostenible, cambian de tema en lugar de cuestionar sus ideas«. El psiquiatra suizo Paul Bleuler (1857-1939) decía que el pensamiento autista es la propia fantasía que no se modifica ni aunque la confrontación con la realidad la desmienta continuamente.

— Están hechizadas por el poder de la inducción y la (falsa) neutralidad metodológica. Este sería un tipo de razonamiento neoliberal: tres botánicos encuentran una nueva planta y tratan de saber si es o no comestible; los dos primeros la prueban y no notan nada, por tanto concluyen: la nueva planta es comestible. Pero este razonamiento tiene un problema: si el tercero prueba la planta y se envenena habría que revisar la conclusión. El razonamiento inductivo es posible pero no se pueden atribuir alegremente probabilidades a hipótesis construidas por inducción. Muchos “expertos” consideran que lo que ha funcionado en Letonia funcionará de manera idéntica en cualquier parte del mundo.

— Están hechizadas por el poder de los números macroeconómicos con los que contaminan todas las ciencias sociales. Este sería un tipo de razonamiento neoliberal: Juan acude a una fiesta donde hay un grupo de personas. Una dice: «65», y todos ríen. A continuación otra dice: «47», y todos se parten la caja. Juan pregunta qué está pasando y un participante se lo explica: «lo que pasa es que conocemos muchos chistes y los hemos contado tantas veces que los hemos numerado y para ahorrar tiempo ahora sólo decimos su número”. Juan piensa que también él lo podría participar y exclama: «¡83!» Pero nadie ríe. Juan decepcionado protesta: «¿qué pasa, acaso no es un chiste?». «Sí, sí lo es y además es uno de los buenos, lo que pasa es que usted no lo ha contado bien”. Y es que detrás de los números hay personas y no sólo vale que sólo sean contadas. Es dudoso establecer lazos directos entre los números y la propia identidad ciudadana; como dice Susan George (1934): “el fundamento económico de la austeridad es una patraña económica y matemática, todo esto está basado en la ideología”.

Aunque hay muchos fraudes económicos o pseudoeconómicos; repasemos a continuación algunos de los más bochornosos:

En 2015, varios medios publicaron parte de la “Lista Falciani“ con nombres de 130.000 evasores fiscales en la filial en el paraíso fiscal suizo del banco británico HSBC. Suiza vive básicamente de la evasión fiscal y lidera el llamado “Índice de Competitividad Global del Foro Económico Mundial” por la «innovación y sofisticación de sus negocios”. En España se ha identificado a 659 personas físicas con cuentas más que sospechosas, aunque el gobierno está estudiando todavía si emprende acciones legales contra dicho banco como ya han hecho otros países. Estos adalides de la cultura del esfuerzo y la evasión fiscal tuvieron muchas más facilidades para regularizar su situación fiscal que el común de los contribuyentes mediante la presentación de declaraciones complementarias de IRPF o por el Impuesto de Patrimonio (2010, gobierno del PSOE) o acogiéndose directamente a la amnistía fiscal (2012, gobierno del PP). Sin embargo, el 72% del fraude fiscal en España pertenece a grandes empresas y fortunas (estimándose en unos 42.000 millones de euros), mientras que autónomos, profesionales liberales y trabajadores con nómina tan sólo representan el 8% del total del fraude fiscal pese a que se les dedica el 80 % de los recursos de Hacienda. El informe de Oxfam (nº 35, mayo de 2014) señala que “mientras las personas físicas aportaron el 92% de la recaudación total del Estado en 2011 (…) las grandes empresas aportaron un 2% de la recaudación total; es decir, las familias aportaron 46 veces más que las grandes empresas”.

FraudeIntelectual2LpedeudaEn 2013, se destaparon los errores de dos economistas de Harvard, Carmen Reinhart (1955) y Kenneth Rogoff (1953), que en su trabajo “Growth in a time of debt” (Crecimiento en una época de endeudamiento), establecieron un umbral crítico para la deuda pública (del 90% sobre el PIB en adelante) tras el cual se produce el estancamiento económico. Para Reinhart y Rogoff el endeudamiento ralentizaría la economía en cualquier coyuntura, por lo que las políticas de austeridad estimularían el crecimiento económico. Sin embargo, esta fallida teoría, desmentida por los datos, fue tomada como dogma de fe por gran parte de las élites económicas, políticas y mediáticas a pesar de que, tras revisar la hoja de cálculo original, se detectaron numerosos fallos (fue destapado por un estudiante de doctorado de la universidad de Massachusetts, Thomas Herndon y sus profesores Robert Pollin y Michael Ash). Uno de los dogmas más extendidos es que los males económicos provienen de pecados desafortunados (gasto excesivo); se trata de un moralismo economicista: “hemos vivido por encima de nuestras posibilidades y ahora lo tenemos que pagar”.

En 2012, el economista y propagandista de la desigualdad social, Arthur Laffer (1940), dejó algunas perlas en el curso de Economía del neoliberal del Campus FAES: «si una economía es buena funciona igual en un mundo de dos personas que en uno de trescientos mil (…) Tenemos una recesión no a pesar del gasto público, sino por el gasto público (…) No hay nada malo en ser rico, pero hay algo intrínsecamente erróneo en ser pobre (…) Cuando dejas de pagar el paro a un desempleado es porque estás dejando de quitarle lo suyo al que trabaja; cuando das, quitas. (…) La austeridad es aumentar la libertad”. En 1980, este economista propuso la llamada “curva de Laffer”, mito y lugar común del neoliberalismo, que relaciona determinista y unívocamente ingresos fiscales y tipos impositivos, con la idea según la cual disminuyendo los impuestos después de un determinado umbral o punto de inflexión el Estado puede aumentar la recaudación. Sin embargo, dicho umbral concreto no ha podido determinarse aún en ningún país, lo que no impidió que fuese aceptada como dogma económico, fundamentalmente por las políticas económicas de oferta de los gobiernos de Margaret Thatcher y Ronald Reagan, que la utilizó como coartada “científica” para bajar impuestos a los ricos junto con otra idea mágica denominada “trickle down” (“goteo hacia abajo”), que presupone que las reducciones de impuestos a los ricos acaban llegando a los más desfavorecidos. Sin embargo, está política fue desenmascarada por el economista y diplomático J. K. Galbraith (1908–2006) y ya en el año 2003, la crítica llegó del director del Congressional Budget Office, economista y consejero republicano Douglas J. Holtz-Eakin (1958), que no pudo encontrar evidencias empíricas de las supuestas bondades sociales del “trickle down”. Estas políticas han supuesto muchos desajustes sociales derivados de la desigualdad de rentas pero aún se consideran molonas.

En 2012, Reid Hoffman (1967), cofundador de LinkedIn e “inversor de riesgo”, coescribió un libro con un chanante título: “El mejor negocio eres tú”. En él afirma que “uno no es sino lo que hace, y solamente hace aquello para lo que existe un mercado, y solo hay un mercado para aquello por lo que se paga a uno” y “las personas deben pensar que ellas mismas son los únicos directores ejecutivos de su propia trayectoria profesional”. Es decir, es el mercado lo que mide lo que somos, más allá no hay vida. El libro se inspiró en el artículo titulado “La marca llamada Usted (Yo, S.A.)” y “50 claves para hacer de usted una marca“ de Tom Peters (1948), y en Marc Andreessen (1971), otro gurú de Internet, “inversor de riesgo” y cofundador de Netscape, que nos iluminó: “a los mercados que no existen no les importa lo inteligente que eres, por tanto da exactamente lo mismo con cuanta dedicación has trabajado o con que pasión atiendes a tus intereses: si nadie te paga por tus servicios en el mercado laboral lo tendrás crudo. No tienes derecho a nada”.

En 2012, pese a los evidentes fallos del mercado, la cancillera alemana y europea Angela Merkel defendió la llamada “Marktkonforme Demokratie”, esto es la “democracia acorde con el mercado”, porque se supone que los mercados son más sabios (y mandan más) y las mercancías son artilugios de producir verdades. Ese año, el porcentaje del PIB correspondiente a los banqueros, corredores de Bolsa y demás financieros duplicó el del año 1980 y el valor mundial de los mercados de derivados negociados ya era 20 veces más que el PIB mundial. Pero, ¿quién es el mercado? ¿Quizá especuladores como John Paulson (Paulson & Co.), Warren Buffett (Berkshire Hathaway),‎ George Soros (Soros Fund Management), Kenneth Grifin (Citaldel Investment Group), Philip Falcone (Harbringer Capital), James Simons (Renaissance Technologies), Bill Gross (PIMCO), etc?

En 2011, Stephanie Bon, empleada de Colchester de 37 años del Lloyd»s Banking Group, fue despedida por preguntarse en su Facebook si era justo que ella cobrase siete libras la hora, mientras que el nuevo CEO, António Mota de Sousa Horta Osório, cobraba 4.000 libras la hora en salario, bonos, pensiones y otros beneficios, es decir 571 veces más,  según informó el Daily Mail.

En 2010, se puso de moda la llamada “Expansionary austerity” (“austeridad expansiva”) en la que se defendía que la bajada del gasto público no contrae el crecimiento económico en una economía que funciona por debajo del potencial de sus factores productivos (según proposición de tipo keynesiano) sino que ésta, por el contrario, puede ser expansiva ya que la austeridad crea “confianza” en los mercados financieros y en el sector privado. La idea fue difundida por los trabajos de Alberto Alesina (1957) y Silvia Ardagna (1969) en “Large Changes in Fiscal Policy: Taxes Versus Spending”, aunque finalmente tuvo que ser corregida (y posteriormente cuestionada) incluso en los estudios del propio Fondo Monetario Internacional (FMI), que primeramente lo había bendecido. Sin embargo, ni este desmentido académico ni los desastrosos efectos de las políticas de austeridad en Grecia, Portugal, Irlanda, España o Italia (recesión, paro, pobreza, emigración, etc.) no cohibieron a Olli Rehn, el máximo funcionario económico de la Comisión Europea, ni a los pseudoburócratas del BCE (Banco Central Europeo) con el ex-Goldman Sachs Mario Draghi a la cabeza, ni a gran parte de los políticos europeos que siguen creyendo en la falacia de la “austeridad expansiva”.

FraudeIntelectual3LpedeudaEn 2010 (6 de mayo) se produjo el llamado “Flash Crash”, durante el cual, en cinco minutos, el índice Dow Jones de Nueva York perdió cerca de mil puntos, recuperándose rápidamente en los siguientes veinte minutos. Aunque se desconoce la semilla del mal, el desplome lo provocaron los endiablados algoritmos de los ordenadores, programados por los quants y los corredores de Bolsa de alta frecuencia, que son los que negocian por nosotros. Ya en 1996, la American Physical Society, segunda mayor organización de físicos del mundo, detrás de la Deutsche Physikalische Gesellschaft, recomendó vivamente a sus asociados acudir a trabajar al gran casino de Wall Street. En EE.UU. el periodo medio de tenencia de acciones bursátiles ha pasado de cuatro años por término medio en la década de los años cincuenta a apenas 22 segundos actualmente. Por ello, no es raro ver que los agentes financieros instalen sus ordenadores en Nueva York para ganar unos valiosos milisegundos, ya que la velocidad de trasmisión de los datos desde Londres por fibra óptica es de unos 740 nanosegundos, una pérdida de tiempo demasiado grande para la hipermoderna especulación financiera.

En 2008, probablemente basándose en las pseudoprofecías del antiguo presidente de Citibank, Walter Wriston (1919-2005), que aseguraba que el Estado capitularía finalmente ante el sabio conocimiento de los mercados y la racionalidad omnipotente del homo œconomicus, Philippe Bobbitt (1948) defendió en el libro “Terror and Consent: the Wars for the Twenty-first Century” la implantación de los llamados “Estados de mercado de la información”, una variante del Estado mínimo al que se llega (no podía ser de otro modo) de manera natural y evolutiva. Su idea cayó de pié y Bobbitt se animó: “el Estado de mercado de la información no tiene clases sociales, no le interesan la raza, el origen, el sexo, también le son indiferentes valores como el respeto el sacrificio personal, la lealtad y la familia”. De nuevo, las trampas de la distopía neoliberal se camuflan como leyes naturales.

En 2008, el dogma de la autorregulación de los mercados financieros puso en un aprieto al organismo regulador del sistema financiero de EE.UU Securities and Exchange Commission (SEC), que acabó por destapar el mayor fraude financiero cometido por una sola persona: Bernie Madoff (1938). Madoff, ex-vigilante playero reconvertido en glorificado “experto financiero” en los ochenta y admirado pilar de la comunidad del East Hampton, estafó 50.000 millones de dólares a inversores institucionales y, sobre todo, grandes fortunas (entre ellos muchos clientes del BBVA y el Santander) proponiéndoles retornos del 12% a través de un poco sofisticado pero gigantesco esquema piramidal (Ponzi), por lo que fue finalmente condenado a 150 años de prisión, convirtiéndose en el único financiero que ha pagado sus desmanes con la cárcel debido que tuvo el detalle de especializarse en estafar a los ricos y no a los pobres. (Aunque visto de otro modo, al desplumar a los millonarios contribuyese a mitigar la escandalosa desigualdad de rentas de la que nos advierten, entre otros, Thomas Piketty en “El capital en el siglo XXI”.) Madoff fue investigado por la SEC cuando ya estafaba, al menos ocho veces entre 1992 y 1996, lo que no importó para ser agraciado con la presidencia de la bolsa de valores Nasdaq (lo que supone una gran visión para dicha institución financiera).

En 2007, el profesor de Finanzas de la Universidad de Chicago Eugene Fama (1937), dijo: «los mercados inmobiliarios son menos líquidos, pero la gente es muy cuidadosa cuando compra casas; se trata normalmente de la mayor inversión que van a hacer, de manera que estudian el asunto con mucho cuidado y comparan precios; me irrita que se hable de la palabra burbuja«. Fama había propuesto en 1970 la llamada algo así como “hipótesis de eficiencia de los mercados”, asumiendo que los mercados financieros siempre se autorregulan ya que un mercado de capitales en que los activos contienen la información disponible es necesariamente un mercado eficiente y, por ello, todas las burbujas que se producen tiene un origen político y no financiero. Pese a que hoy sabemos que los mercados financieros no se autorregulan y hemos asistido al último gran estallido de la burbuja inmobiliaria y financiera (sólo en el año 2009 quebraron 52 bancos estadounidenses), el dogma de “la eficiencia de los mercados financieros” sigue teniendo grandes e influyentes seguidores entre nuestros gobernantes. El propio Fama recibió el premio Nobel de Economía en el año 2013, pero la pregunta sigue en el aire: ¿cómo explicar los fallos y estragos de los mercados financieros y justificar su eficiencia y bondad infinita?

En 2007, el director ejecutivo de Lehman Brothers (multinacional financiera fundada en 1850) Richard S. Fuld (apodado Dick) y su mano derecha, Joseph M. Gregory (apodado Darth Vader), fueron advertidos de la mala praxis bancaria por dos de sus subordinados, el director global de bonos de alto rendimiento y préstamos apalancados (Alex Kirk) y el director global de ingreso fijo (Mike Gelband), que les avisaron de esta manera: «nuestro mercado de viviendas está corroído» y “tenemos que replantear nuestro modelo de negocio”. La respuesta no se hizo esperar: ese mismo año ambos fueron fulminantemente despedidos. En septiembre de 2008, Lehman Brothers anunció la quiebra; el resultado fue de 13.800 millones de dólares en pérdidas y 7.890 empleados despedidos. Sin embargo, Fuld obtuvo 40 millones de finiquito, cobró su último año 53 millones de salario y autorizó pagos de 20 millones de dólares a Gregory cuatro días antes de que Lehman se declarara en bancarrota. El presidente de Lehman Brothers para España y Portugal, Luis De Guindos dijo que “la crisis no es un fallo de mercado, sino de Estado” (2008); después fue nombrado ministro de Economía de España para solicitar a la feroz Troika que activara un rescate financiero de España “ante la irracionalidad de los mercados” (2012).

En 2007, las cinco mayores firmas financieras de Wall Street (Lehman Brothers, Merrill Lynch, Bear Stearns, JP Morgan y Citigroup) pagaron más de 3.000 millones de dólares a sus máximos ejecutivos (en los últimos cinco años) mientras contribuían a una de las mayores crisis financieras de la historia. Por ejemplo, Stanley O’Neall, el ideólogo de las hipotecas subprime, se llevó a casa 161 millones de dólares cuando dejó Merrill Lynch (52.200 millones en pérdidas y 5.200 despidos); James Cayne, se llevó 38 millones de dólares y vendió sus acciones por 60 millones más cuando Bear Stearns (9.159 despidos), el mayor banco de inversión de EEUU, pasó de valer 21.000 millones de dólares a solo 200 millones; James Simons de JPMorgan (14.300 millones en pérdidas y 4.100 despidos) cobró en 28 millones de dólares entre salarios e indemnizaciones y Charles Prince obtuvo 40 millones al dejar Citigroup (11.000 millones de dólares en pérdidas, 17.000 despidos) y cobró en su último año 65 millones más de salario.

En 2006, Frederic Mishkin (1951), economista ligado al BM (Banco Mundial) y al FMI (Fondo Monetario Internacional), cofirmó un caro informe (124.000 $) titulado “Financial Stability in Iceland” (Estabilidad financiera en Islandia) resaltando las bondades del sistema financiero islandés, muy desregulado y sobredimensionado desde 2001, y recomendando su implantación en otros países. En el mismo se decía: «la fragilidad financiera no es alta y las probabilidades de una crisis financiera son muy bajas». Apenas un año después del colapso financiero de Islandia Mishkin modificó chapuceramente en su CV el título del informe por “Financial Instability in Iceland” (Inestabilidad financiera en Islandia) tal y como muestra el documental “Inside Job” de Charles Ferguson). Sin embargo, ni esto ni la falta de previsión de la crisis han supuesto una catarsis para ejercer la necesaria autocrítica por parte de muchos académicos, paniaguados y “expertos en finanzas” que, visto lo visto, vendieron su alma al diablo.

FraudeIntelectual4LpedeudaEn 2006, Jeffrey K. Skilling (1953) fue condenado a 24 años y cuatro meses por el caso Enron. Como presidente de Enron Skilling implementó en su compañía un sistema de «gestión de recursos humanos» y promoción profesional llamado “rank and yank”, un modelo de competencia despiadada entre sus empleados con la permanente amenaza de despidos. Este esquema profundamente darwinista social corrompió a la empresa desde dentro. Lo más inquietante es que, según la revista Time, en el momento del colapso de Enron, una de cada cinco empresas estadounidenses estaban siguiendo el mismo disparate.

En 2003, el Premio Nobel de Economía de 1995, Robert Lucas (1937) dijo en la sede la de la American Economic Association (de la que era presidente) que “a efectos prácticos la desregulación de los mercados financieros es la solución a la depresión (…) El problema central de la prevención de la depresión ya está resuelto”. Ese mismo año nos dejó otra perla sobre las consecuencias del proceso de acumulación de capital: “el estudio de los temas de distribución es una de las tendencias perniciosas y dañinas en el conocimiento económico, en realidad, es venenosa para tal conocimiento”. Las aportaciones de Robert Lucas sobre las expectativas racionales y su visión economía de corte neoliberal adolece, como todas las ciencias sociales, de un exceso de inductivismo, al dar por buenas recetas económicas generales a partir de escasas observaciones particulares.

En 2003, una veterana y cualificada representante del grupúsculo del Tea Party de Texas (EE.UU.) llamada Debbie Riddle (1949) manifestó lo siguiente en “El Paso Times”: “¿de dónde vino la idea de que todo el mundo merece una educación gratuita, una atención médica gratuita y cualquier otra cosa gratuita? Viene de Moscú, de Rusia. Viene directamente de la boca del infierno. Y esta idea se disfraza hábilmente como propia de gente de buen corazón. Pero nada de buen corazón. Es la idea que rasga el corazón de este país«. Hans-Hermann Hoppe (1949) hiló más fino: “la democracia no tiene nada que ver con la libertad, es una variante suave del comunismo, y rara vez en la historia de las ideas ha sido tomada por otra cosa”. Se ve que no todos los neoliberales lo son por inspiración de la visión rebelde adolescente del mundo viejuno de “La rebelión de Atlas” de Ayn Rand pero casi.

En 2002 (c.) cuentan, entre otros Frank Schirrmacher (1959-2014), que justo después de los atentados del 11S, en un informe promovido por unos plutócratas alucinados de Wall Street se valoró hacer un mercado de futuros sobre posibles atentados terroristas, opción que finalmente fue sensatamente rechazada por descabellada, al considerar que los especuladores ganarían dinero con la realización de atentados tal y como ya lo hacen con las hambrunas y crisis alimentarias (aunque esto último no importe demasiado).

En 2001, el analista de JP Morgan David Li (1960) se inventó una fórmula matemática (de tipo alquímico) que cuantificaba los riesgos de las “obligaciones de deuda colaterales” (es decir, hipotecas basura) por lo que la banca utilizó la fórmula de coartada “matemática” multiplicando esas toxicidades financieras que se vieron favorecidas por las triples A con la que las premiaron las agencias de (des)calificación. Hoy la fórmula milagrosa está más desprestigiada que los pagarés de Nueva Rumasa (sus modelos probabilísticos se mueven con probabilidades de 1 vez cada 20.000 años), lo que no ha sido un problema para seguir aceptando irresponsablemente la falsa asepsia metodológica de la cháchara económico-financiera neoliberal y las justificaciones matemáticas de las  toxicidades que circulan a diario por los mercados de futuros y derivados financieros.

En 2001, el treintañero Henry Blodget (no confundir con Belfort, “el lobo de Wall Street” de  Scorsese) era el analista de mercados (de la camada de la todavía impoluta Merrill Lynch) más famoso en el venenoso mundillo de la banca de inversión de Wall Street debido a sus predicciones visionarias sobre las cotizaciones de las empresas tecnológicas. Ese año ganó doce millones de dólares netos anuales; sin embargo, el advenedizo Blodget recomendaba comprar a sus clientes acciones de empresas ruinosas que costaron pérdidas cienmilmillonarias después del estallido de la «burbuja puntocom». Blodget fue acusado en el año 2003 por el supervisor bursátil estadounidense (SEC) por malas prácticas y pagó una multa de cuatro millones de dólares retirándose del psicopático casino financiero.

En 2000, cerró por ruina la “empresa” (en realidad un fondo de inversión libre de carácter especulativo) Long-Term Capital Management dirigida por los economistas Myron Scholes (1941) y Robert Merton (1944) que aplicaban su “nuevo método” para determinar el valor de los derivados financieros con los que, además, fueron reconocidos con el premio Nobel de Economía en 1997 (supongo que por introducir el cálculo estocástico en las finanzas, lo que puede ser un fallo parecido a conceder el premio Príncipe de Asturias del Deporte a un dopado Lance Armstrong). El resultado fue que la empresa perdió 5.000 millones de dólares en sólo cien días (muchos especulando contra la moneda y la economía de Rusia), lo que no fue un problema para seguir venerando la opinión de los “expertos financieros” y para que variantes de este modelo se incluyeran en las calculadoras de los analistas financieros, que los consideraban poco riesgosos al presuponer que las crisis financieras ya eran historia.

FraudeIntelectual5LpedeudaEn 1999, en las postrimerías del gobierno de Clinton, en EE.UU. se anuló la llamada Ley Glass-Steagall vigente desde 1933 para proteger la banca de depósito comercial (ahorros) de la banca de inversión (especulación). Esta descabellada idea ideológica prestó su coartada fundamentalmente en los trabajos del economista Eugene Fama que propuso la hipótesis de eficiencia de los mercados y la autorregulación de los mismos. Poco importó que esta revocación facilitase el descontrol y caos financiero, o comprender que los mercados financieros no se autorregulan, o que la crisis financiera quedese mejor explicada por las contribuciones teóricas alternativas (por ejemplo, las de Hyman Minsky) o promulgar la tímida Ley Dodd-Frank de reforma de Wall Street y de protección del consumidor. (Esta Ley, de 2010, pretendía poner algo de orden en el desaguisado financiero pero apenas se pudo desarrollar completamente debido a que las asociaciones de consumidores contaban con 20 lobbistas frente a los 400 lobbistas y los mil millones de dólares del sector financiero para influenciar a los congresistas y entorpecer el desarrollo de la Ley.)

En 1997, el economista austroliberal Thomas Siems (1957) escribió un influyente panfleto titulado “10 Myths about financial derivatives” (10 mitos sobre los derivados financieros) donde se afirmaba que el creciente y enorme tamaño del mercado de derivados financieros no suponían una práctica bancaria insegura sino que, por el contrario, era muy sólida y prometedora. El origen de la crisis financiera (y las que vengan) han desmentido esto, pero no supone ningún problema para seguir aceptando el dogma de las bondades de la gran financiarización. Ya no se trata de hacer que los mercados financieros sean útiles y eficaces para el conjunto de la sociedad sino de pura auri sacra fames.

En 1994, Charles Murray (1943) escribió “The Bell Curve: Intelligence and Class Structure in American Life” junto a Richard J. Herrnstein en el que defendía que la situación de pobreza, desigualdad y exclusión social de la “infraclase” (las personas pobres) en EE.UU no dependía de su nivel socioeconómico o educativo sino de su propia respuesta a la condición de pobres. Debido al fuerte aumento de la desigualdad derivada de la política económica del Reaganomics se trataba de justificar las razones de la pobreza en las equivocaciones de los propios pobres como su falta de inteligencia, el embarazo adolescente y fuera del matrimonio, los actos criminales o la falta de voluntad para aceptar los trabajos disponibles para ellos. Las visiones de la pobreza basadas exclusivamente en el comportamiento y responsabilidad individual han gozado de gran predicamento entre las élites económicas y académicas de EE.UU. aunque hoy ya estén desprestigiadas como elemento explicativo único del aumento de la desigualdad que viene sucediendo desde los años ochenta en el mundillo anglosajón.

En 1992, el politólogo estadounidense Francis Fukuyama (1952), reinterpretando a su modo al filósofo ruso Alexander Kojève, publicó “El fin de la Historia y el último hombre” donde defiende que el triunfo del bondadoso capitalismo de libre mercado posreal ha puesto fin a las utopías de emancipación y al ser humano como sujeto histórico y conformador de la realidad a cambio de proporcionarnos un paraíso terrenal de libre mercado. “¡La sociedad no existe!” clamaban Margaret Thatcher y sus adláteres. Cada época se juzga por su filosofía dominante, el neoliberalismo se retrataba: posmodernidad y darwinismo social.

En 1991, George Kenneth Binmore (1940), experto en teoría de juegos no colaborativos, considerada la nueva escolástica, escribió “Designing Economic Agents that Behave Like Human Agents”, a fin de crear agentes económicos artificiales indistinguibles de los propios seres humanos. El Homo (homunculus) œconomicus, construido como un auténtico sociópata egomaníaco pasó de ser una simulación de laboratorio a la misma realidad, ya que nos convencieron de que somos seres codificados y sintéticos que si actuamos de acuerdo con las fórmulas matemáticas de las leyes aceptadas por los economistas prosistema y perseguimos únicamente nuestro propio interés, llegaremos mágicamente al mejor de los mundos posibles. El hombre moral abandona la sala cuando irrumpe el hombre económico.

En 1990, el artículo “CEO Incentives: It’s not how much you pay, but how” de Michael Jensen (1939) y Kevin Murphy (1958) sugería que, debido a que los mercados financieros siempre reflejan adecuadamente los precios (aunque esto sea una premisa falsa), las retribuciones de los ejecutivos deberían relacionarse, no ya con los sueldos de los burócratas, sino con los cambios en las cotizaciones bursátiles de sus empresas (pero sólo al alza, evidentemente). Esta idea cayó en gracia y al poco tiempo la mayoría de los ejecutivos financieros cobraban “opciones sobre acciones”, lo que incentivó la manipulación de la contabilidad de la economía de casino en su beneficio por lo que no es de extrañar que los resultados fuesen demoledores: salarios multimillonarios, extensión de la información privilegiada, falseamiento de cuentas, culto a la personalidad, obscena desigualdad, precios de las cotizaciones inflados por encima de su valor real, escándalos como el de Enron, crack financiero de 2008, etc. A mediados de los años setenta un alto ejecutivo ganaba unas 35 veces más que el sueldo medio de un trabajador de la empresa, actualmente esta distancia casi se ha multiplicado por diez. En el año 2007, Rick Wagoner, de General Motors, cobró algo más de 12 millones de dólares netos en salario, bonus y opciones sobre acciones al mismo tiempo que anunciaba bajadas de sueldos y despidos para 74.000 empleados.

FraudeIntelectual6LpedeudaEn 1983, Milton Friedman (1912-2006), premio Nobel de Economía en 1976, manipuló datos en las series históricas del Reino Unido sobre la masa de dinero y el gasto total a fin de avalar empíricamente su teoría monetarista en su publicación “Monetary Trends in the United States and United Kingdom” en colaboración con Anna Schwartz (1915-2012). Los econometristas de Oxford David Hendry (1944) y Neil Ericsson (1944) detectaron numerosos errores, pero no denunciaron la equivocación de la teoría monetarista, sino su falta de apoyo en los datos reales (ya en 1953, Milton Friedman publicó un artículo, “The Methodology of Positive Economics”, en donde defendía que no importaba que las premisas de una teoría fueran realistas o no sino lo que importaba eran si sus predicciones eran certeras). Aunque, en el fondo, la polémica ya no estaba en la incorrección o las limitaciones de la formalización matemática de determinados axiomas o teorías económicas, sino en la batalla ideológica por el control de la política económica, monetaria y fiscal, de la que Friedman fue un pionero, aunque hoy en día pueda ser considerado un moderado matemático comparado con sus posteriores y desatados herederos ideológicos.

Martín Abascania

Según el último barómetro del CIS (Octubre de 2014), entre los tres principales problemas que existen actualmente en España destaca, después del paro (81%), la corrupción y el fraude (36%). Pero parafraseando a Aviador Dro, diremos que “corrupción sí, por supuesto; corrupción sí, ¡cómo no!” porque la corrupción es uno de los pilares sobre los que descansa la sagrada tradición de España, junto con las procesiones, las corridas de toros o el especial navideño de Raphael. Y es que la corrupción ya es algo más que popular. La encuesta otorga el liderazgo en la intención directa de voto a Podemos, formación radical antisistema que quiere cargarse nuestro maravilloso sistema que tan bien nos ha funcionado en los últimos tiempos. De hecho, tan bien nos está funcionando que si tuviéramos una República la daríamos por liquidada muerta de éxito y, acto seguido, nos pondríamos a construir un nuevo paraíso de campos de golf en secarrales en el que, de una vez por todas, quepamos todas las personas: corruptas, corrompidas, corruptoras, corrupteladas, abochornadas y sufridoras en casa.

Al acercar las Instituciones al ciudadano también nos hemos acercado al sobrecogedor. Cualquier Ayuntamiento moderno debería tener la merecida repercusión mediática de su exclusivo y presunto escándalo de corrupción; entre los últimos podemos mencionar a los destacados municipios de Águilas, Albacete, Albatera, Alcalá del Júcar, Alcanar, Alcaucín, Alhaurín el Grande, Alhendín, Alicante, Almáchar, Almuñécar, Andratx, Argamasilla de Alba, Arganda del rey, Arlanzón, Armilla, Arnuero, Arroyo de la Encomienda, Barberá, Barcelona, Benalmádena, Benitachell, Bilbao, Boadilla del Monte, Bormujos, Brunete, Burguillos, Bustarviejo, Camas, Caravaca de la Cruz, Carboneras (Algarrobico), Cartagena, Cártama, Casares, Casarrubuelos, Castelldefels, Castilblanco de los Arroyos, Castro Urdiales, Centelles, Ciempozuelos, Cieza, Collado Villalba, Colmenarejo, Córdoba, Cuenca, Cuevas del Almanzora, Cuevas del Becerro, Cullera, Chiclana, Chinchilla de Montearagón, Chozas de Canales, Denia, Egüés, El Granado, Elche, Elche de la Sierra, Espartinas, Estepona, Firgas, Fontanarejo, Fuensalida, Garrucha, Gavá. Getafe, Guillena, Guissona, Gondomar, Granada, Guardamar de la Safor, Guillena, Hellín, Herradón-La Cañada, Hoyos del Espino, Ibí, L’Ametlla del Vallés, L’Escala, La Algaba, La Muela, La Oliva, Lardero, Las Navas del Marqués, Las Palmas de Gran Canaria, Las Rozas, Librilla, Los Alcázares, Los Barrios, Lozoyuela, Lugo, Llíber, Lloret de Mar, Lluchmayor, Madrid, Majadahonda, Manilva, Marbella, Matadepera, Matalascañas, Mazarrón, Mijas, Mogán, Mollerusa, Montroy, Munera, Murcia, Murcia, Navahondilla, Navalcarnero, Nigrán, Níjar, Ocaña, Ogíjares, Ohanes, Oleiros, Orense, Orihuela, Paiporta, Palma de Mallorca, Parcent, Piélagos, Pineda, Pontons, Portillo, Pilar de la Horadada, Porto do Son, Pozuelo de Alarcón, Puerto de Santa María, Puertollano, Quijorna, Riba-roja, Riudecanyes, Roquetas de Mar, Rota, Rubí, Sabadell, Salamanca, Salt, San Javier, Sant Quirze del Vallés, Santa Celoni, Santa Coloma de Gramanet, Santa Cruz de Tenerife, Santa Margalida, Santiago de Compostela, Santurde, Sanxenxo, Serranillos del Valle, Seseña, Sisante, Sitges, Solsona, Sorbas, Sueca, Tarragona, Telde, Teulada, Tiana, Tivenys, Tolox, Torre Pacheco, Torredembarra, Torrejón de Velasco, Torrelodones, Torrevieja, Totana, Tremp, Tres Cantos, Tui, Valdecañas, Valencia, Valladolid, Valle de Egüés, Villajoyosa, Villalba de los Alcores, Villanueva de la Cañada, Villareal, Villarrobledo, Zaragoza, Zurgena, etc.

Para el recuerdo queda el caso de la Marbella de Jesús Gil, condenado a 28 años de inhabilitación antes de fallecer («Caso Camisetas») por trasvasar fondos públicos a su cuenta corriente a través del (gran Club) Atlético de Madrid, que entonces presidía fraudulentamente. En los años 90 Jesús Gil fue avalado en tres ocasiones con la mayoría absoluta que le concedió el populacho y el favor de muchos medios de comunicación; muchos (finos) analistas decían entonces que Jesús Gil era un “outsider” del sistema, una rareza en la democracia española que operaba en sus márgenes, cuando en realidad era un visionario, un adelantado a su tiempo, un emprendedor de saqueos, corrupciones y prácticas mafiosas, un maestro del bloqueo judicial, la estafa inmobiliaria y el auto-enriquecimiento ilícito.

91LpedeudaCorrupciónNoSi Pero el Caso Camisetas (GIL) no fue el único sonado; hay casos de corrupción en todas las épocas, para todos los bolsillos, gustos y colores; entre los más destacados se encuentran: Caso Adigsa (CDC), Caso Andratx (PP de Baleares), Caso Antonio Rodríguez (PSC), Caso Arcos (PSOE de Andalucía), Caso Arona (CC), Caso Astapa (PSOE de Andalucía), Caso Atarfe (PSOE de Andalucía), Caso Atlético (GIL), Caso AVE (PSOE nacional), Caso Baltar (PP de Galicia), Caso Banca Catalana (CiU), Caso Bankia (Varios en Madrid y Valencia), Caso Bárcenas (PP nacional), Caso Berzosa (UCM y varios), Caso Biblioteca (PP de Murcia), Caso Bitel (PP de Baleares), Caso Bomsai (PP de Baleares), Caso Bon Sosec (PP de Baleares), Caso Brugal (PP de la Comunidad Valenciana), Caso Caja Navarra (UPN), Caso CAM (PP de la Comunidad Valenciana), Caso Campeón (BNG, PP y PSOE de Galicia), Caso Can Domengue (UM), Caso CCM (PSOE de Castilla-La Mancha), Caso Cementerio (PP de Madrid), Caso Clotilde (CDC), Caso Conde Roa (PP de Galicia), Caso Cooperación (PP de la Comunidad Valenciana), Caso Cudillero (PSOE de Asturias), Caso de la Ciudad del Golf (PP de Castilla y León), Caso de la Construcción (PP de la Castilla y León), Caso de los ERE en Andalucía (PSOE de Andalucía y varios), Caso De Miguel (PNV), Caso del Lino (PP de Castilla-La Mancha), Caso Dívar (CGPJ), Caso Dolores Reyes (PSOE de Andalucía), Caso Egüés (UPN), Caso El Roblecillo (PP de Murcia), Caso El Trompo (CC), Caso Emarsa (PP de la Comunidad Valenciana), Caso Emperador (PSOE nacional), Caso Epsilon (PNV), Caso Fabra (PP de la Comunidad Valenciana), Caso Facturas (PSOE del País Valenciano), Caso Faycán (PP de Canarias), Caso Feval (PSOE de Extremadura), Caso Filesa (PSOE nacional), Caso Flick (PSOE y SPD), Caso Fundación (UDC), Caso Funeraria (PP de Baleares), Caso Gescartera, Afinsa y Forum filatélico (Varios), Caso Grandas de Salime (PSOE nacional), Caso Guateque (PP de la Comunidad de Madrid), Caso Guerra (PSOE de Andalucía), Caso Gürtel (PP de Madrid y Valencia), Caso Harrag (PSOE de Murcia), Caso Hügel (PP de la Comunidad de Madrid), Caso Ibatur (UM y PP de Baleares), Caso Ibiza Centre (PSOE de Baleares), Caso Innova (ERC, PSC e ICV), Caso Interligare (PSOE nacional), Caso ITV (CDC), Caso Las Teresitas (CC), Caso Lasarte (PP de Castilla y León), Caso Líber (PP de Murcia), Caso Lifeblood (PP de Canarias), Caso Limusa (PSOE de Murcia), Caso Malaya (GIL y UC), Caso Manga (CiU y ERC), Caso Marea (PSOE de Asturias), Caso Margüello (PSE y PNV), Caso Matsa (PSOE de Andalucía), Caso Mercasevilla (PSOE e IU de Andalucía), Caso Mercurio (PSC), Caso Naseiro (PP nacional), Caso Nóos (Familia Real Española y PP nacional), Caso Nueva Rumasa (ARM), Caso Orquesta (PP y PSOE de Galicia), Caso Over Marketing (PP de Baleares), Caso Palau (CDC), Caso Palma Arena (PP de Baleares), Caso Pallerols (UDC), Caso Parques Eólicos (PP de Canarias), Caso Peaje (UM), Caso Picnic (UM), Caso Piscina (PP de Canarias), Caso Pitiusa (Varios en el ámbito nacional), Caso Plan Territorial (PP de Baleares y UM), Caso Plaold (PSOE del País Vasco), Caso Plasenzuela (PSOE de Extremadura), Caso Pokemon (PSOE y PP de Galicia), Caso Poniente (PSOE de Andalucía y PA), Caso Porto (PP de la Comunidad de Madrid), Caso Pretoria (PSC), Caso Pretoria (UDC), Caso Rasputín (PP de Baleares), Caso Relámpago (PSOE de Galicia), Caso Riopedre (PSOE de Asturias), Caso Rumasa (ARM), Caso Salmón (PP de Canarias), Caso Sanlúcar (PSOE de Andalucía), Caso Sant Pau (Varios en Cataluña), Caso Saqueo 1º Parte y 2º Parte (GIL), Caso Scala y Cola Cao (PP de Baleares), Caso Seat (PSOE nacional), Caso Shirota (ERC, PSC e ICV), Caso Terán (PSOE de Andalucía), Caso Torres de Calatrava (PP de la Comunidad Valenciana), Caso Totem (PP de Murcia), Caso Treball (UDC), Caso Troya (PP de Andalucía), Caso Túnel de Sóller (PP de Baleares), Caso Turismo Joven (PP de Baleares), Caso Umbra (PP de Murcia), Caso Unión (PIL), Caso Zambrana (PNV) o Caso Zamora (PP de Castilla y León), entre otros.

Alguien podría decir que son muchos casos de corrupción y sí, efectivamente, son muchos, pero no más que sus entrañables protagonistas, lo mejor de cada casa, demócratas intachables y de profunda vocación prosistema. Así, cada caso suma decenas de denunciados, imputados, desimputados, acusados, exonerados, correligionarios, amigos, amantes, familiares, cuñados, etc. entre los que destacan (según los medios de comunicación) entre otros muchos (y los que nunca lo sabremos): Luis Bárcenas, Rodrigo Rato, Jordi Pujol, Alfredo Sáenz, Iñaki Urdangarin, Cristina de Borbón y Borbón, Rafael Spottorno, Julián Muñoz, Isabel Pantoja, Ángel Acebes, Carlos Fabra, Francisco Granados, José Antonio Monago, Sonia Castedo, José Ángel Fernández Villa, Agapito Iglesias, Agustín Juárez, Alberto López Viejo, Alfonso Bosch, Álvaro Lapuerta, Álvaro Pérez «El bigotes», Ángel Currás, Ángel Ojeda, Ángel Sanchís, Arturo Fernández, Arturo González Panero, Benjamín Martín Vasco, David Marjaliza, Enrique Crespo, Fèlix Millet, Fidel Pallerols, Francisco Camps, Francisco Correa, Francisco Hernando «El Pocero», Gaspar Zarrías, Gerardo Díaz Ferrán, Ildefonso Sánchez Barcoj, Jaume Matas, Jesús Pedroche, Jesús Sepúlveda, Joaquim Nadal, Jordi Pujol Ferrusola, José Antonio Griñán, José Antonio Moral Santín, José Luis Baltar, José Luis Olivas, José María del Nido, José María Ruiz-Mateos, Josep Lluís Núñez, Josep Lluís Núñez Navarro, Josep Maria Huguet, Juan Antonio Roca, Juan Cotino, Juan Hernández Moltó, Juan José Imbroda, Luis Díaz Alperi, Lluís Prenafeta, Macià Alavedra, Magdalena Álvarez, Manuel Chaves, Marcos Martínez, Marta Ferrusola, Narcís Serra, Oleguer Pujol Ferrusola, Oriol Pujol Ferrusola, Pablo Crespo, Ricardo Costa, Ricardo Romero de Tejada, Virgilio Zapatero, Adolfo Gacio, Adolfo Polo, Adrián Varela, Adrián Varela, Agustín Barberá, Agustín González, Aina Castillo, Alejandro de Pedro, Alexandre Català, Alfredo Ovejero, Alicia De Miguel, Alonso Díaz, Amador López, Amin Azmani, Ana Mansilla, Ana María Grau, Ana María Peña, Ángel de Cabo, Ángel Garijo, Angélica Such, Antonia Muñoz, Antònia Ordinas, Antonio Alvarado, Antonio Ávila, Antonio Botella, Antonio Burgueño, Antonio Cerdá, Antonio Diz Lois, Antonio Estepa, Antonio Fernández, Antonio Garrido, Antonio Lamela, Antonio Lozano, Antonio Rivas, Antonio Rodrigo, Antonio Santo, Antonio Tirado, Antonio Valverde, Atilano Soto, Avelino Pérez, Bartomeu Muñoz, Belén Carmona, Buenaventura Aguilera, Carles Manté, Carlos Escó, Carlos Muñoz, Carmen Castillo, Carmen Martínez, Celia Sarompas, Cristina Ibáñez, Cristóbal Páez, Damián Amengual, Damián Vidal, Daniel Calzada, Daniel Conesa, Daniel Fernández, Daniel Osàcar, Daniel Ponce, Daniel Rivera, David Rodríguez, David Serra, Diego Torres, Dionisio Muñoz, Domingo Aranda, Domingo Castaño, Domingo Parra, Dora Ibars, Eduardo de la Peña, Elisa Maldonado, Enrique Arnal, Enrique González Enrique Ortiz, Estanislao Rodríguez Ponga, Esteban Cuesta, Eugenio Hidalgo, Fernando Areal, Fernando Mellet, Francesc Bustos, Francesc Xavier Solà, Francisco de Lucas Francisco del Río, Francisco Fernández, Francisco García, Francisco González, Francisco Gordillo, Francisco Guerrero, Francisco Hernández, Francisco Joven, Francisco Marqués, Francisco Mencía, Francisco Pons, Francisco Rodríguez, Francisco Valido, Francisco Vallejo, Gabriel Amat, Gabriel Jiménez, Genoveva Reig, Gerardo Galeote, Ginés López, Gonzalo Crespo, Gonzalo Cubas, Gonzalo Suárez, Gregorio Guerra, Guadalupe López, Guillermo García, Guillermo Ortega, Hassan Driss, Ignacio Bernácer, Ignacio González, Ignacio Martínez, Inmaculada Acosta, Inmaculada García, Isabel de Haro, Isabel García Marcos, Jacinto Cañete, Jaume Massot, Javier Aguado, Javier Blasco, Javier Guerrero, Javier Hernández, Jesús Calvo, Jesús Galindo, Jesús García, Jesús María Rodríguez, Jesús Merino, Jesús Otero, Jesús Terciado Joan Manau, Joan Pol, Joaquín Arana, Joaquín Bascuñana, Joaquín Moya Joaquín Ripoll, Joaquín Tomás, Joaquín Varela, Jordi Ausàs, Jordi Cañas, Jordi Huguet, Jordi Montull, Jordi Pujol Soley, Jordi Soriano, Jorge Gómez, Jorge Guarro, Jorge Vela, José Ángel Cañas, José Ángel Pérez, José Antonio Alonso, José Antonio Sáenz, José Antonio Viera, José Carlos Boza, José de Haro Bailón, José Domínguez, José Galeote, José García Fuster, José Jaén, José Javier Hernández, José Joaquín Ripoll, José Juan Morenilla, José López, José Luis «Pepote» Ballester, José Luis Iglesias, José Luis Margalejo, José Luis Martín, José Luis Mena, José Luis Rodríguez, José Luis Sánchez, José Luis Viñuela, José Manuel Aguilar, José Manuel Fernández, José Manuel Medina, José Manuel Molina, José Manuel Pulido, José Manuel Rey, José Manuel Vidal, José María de la Riva, José María Fraile, José María Ródenas, José María Rodríguez, José Martínez José Nogueira, José Ramón Cuesta, José Salgueiro, José Saura, José Suárez Martel, José Villa, Josep Antoni Fontevilla, Josep Juan Cardona, Josep María Felip, Josep Maria Matas, Josep Maria Servitje, Josep Poblet, Josep Prat, Josep Tous, Juan Antonio Bisbal, Juan Bover, Juan Carlos Alía, Juan Carlos Bárcenas, Juan Carlos Clemente, Juan Carlos Gimeno, Juan Carlos Soriano, Juan Cerrato, Juan Francisco Gálvez, Juan Francisco Gosálbez, Juan Francisco Sánchez, Juan Francisco Trujillo, Juan José Morenilla, Juan José Moreno, Juan Lanzas, Juan Luque, Juan Manuel Suárez, Juan Márquez, Juan Martín Serón, Juan Miguel Bellver, Juan Morales, Juan Rodríguez, Juan Siguero, Juan Vela, Julián Oliva, Julio Fernández, Julio Flores, Justo Mañas, Kurt Viaene, Leonor Moreno, Lola Johnson, Lourdes Medina, Luis Cartagena, Luis García Sánchez Luis Lobón, Luis Pérez Montoya, Luis Redondo, Luis Rosado Lluís Gavaldà, Lluís Miquel Pérez, Lluís Ramis de Ayreflor, Maite Zaldívar, Manel Bustos, Manuel Cervera, Manuel Colonques, Manuel Dobarco, Manuel Gómez, Manuel Guerrero, Manuel Marchena, Manuel Pastrana, Manuel Pico, Manuel Recio, Mar Moreno, Marc Llinares, María Antonia Garbín, María de la Paz Aviñó, María del Carmen Castellano, María del Mar Jaso, María Dolores Amorós, María Fernández, María Hernández Miñana, María Jesús Otero, María Rosa de Haro, Mariano López, Marilo Martínez Marisol Yagüe, Mariví Pinilla, Martín Soler, Mercè Gironès, Mercedes Carbajales, Mercedes Coghen, Mercedes Rojo, Miguel Ángel Bretón, Miguel Ángel Cantero, Miguel Ángel Millán, Miguel Ángel Pérez, Miguel Ángel Serrano, Milagrosa Martínez, Miquel Angel Bonet, Mónica Lorente, Montserrat Capdevila, Nicro Groeneveld, Nora Hamad, Nuria Romeral, Pablo Cobián, Pablo Millán, Patricia Callaghan, Patricia Flores, Paula de Cubas, Paula Prado Paula Prado, Pedro Antonio Sánchez, Pedro García, Pedro García Gimeno, Pedro Hernández, Pere Rotger, Pilar Barreiro, Pilar Giraldo, Pilar Ripoll, Pilar Rodríguez López, Rabea Aomar, Rafael Betoret, Rafael Blasco, Rafael Durán, Rafael Ferrando, Rafael Gómez «Sandokán», Rafael Herrera, Rafael Marín, Rafael Peset, Rafael Robles, Ramón Díaz, Ramón Margalejo, Rebeca Domínguez, Regla Pereira, Ricard Pagès, Ricardo Calatayud, Ricardo García Becerril, Roberto López, Rodrigo de Santos, Rosalía Iglesias, Santiago Calatrava, Santos Peral, Sergio Martínez, Silvia Caballer, Simy Chocrón, Tina Sanjuán, Vicenç Gavaldà, Vicent Farnós, Vicente Cotino, Vicente Rambla, Víctor Campos, Xavier Crespo, Xavier Llopis, Xavier Sala, Xosé Orozco, Yeray Díaz, Yolanda Bel, Yolanda García, etc. Que se fastidien los ciudadanos escandinavos: nosotros sí que nos acordamos de nuestros corruptos.

La cara de Luis

El Rey de España Juan Carlos I de Borbón y Borbón-Dos Sicilias ha abdicado y el gato se ha subido al ordenador portátil y ha tecleado UHYJJJJJJ54RKÑLTY.

Mientras tanto, un redactor de «El Correo de Andalucía» tecleó para la portada del 9 de junio lo siguiente: “El Rey que sirve a todos los españoles y el Príncipe que ama a España son aclamados y vitoreados por la ciudadanía”.

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En esta misma línea, la portada del ABC del 10 de junio nos recordaba que “España quiere una proclamación [de Felipe VI] sin complejos”. “España quiere…” dice. Este periódico, tan crítico porque la Asamblea Nacional Catalana se apropiase de la inmortal abulense Santa Teresa de Jesús, se atribuye la interpretación de las preferencias de todos y cada uno de los españoles. Lo mejor es que, por vez primera, el ABC se muestra en contra de las políticas de austeridad.

DESPEDIDA TORERA

Parece que el Rey está bajo de autoestima y ha buscado el aplauso facilón en su despedida. Es significativo su adiós entre empresarios y toreros, entre su negociado (ser el primero de los comerciales españoles) y su pasión (la matanza de animales).

La infame presidenta del Círculo de Empresarios, Mónica de Oriol (la que dijo que los jóvenes “con cero cualificación” no valían para nada) pidió al Rey en nombre de los empresarios españoles que mantenga activa su condición de “embajador [comercial] en el exterior” por el bien de la estabilidad, la economía del país y la Marca España. «Yo estaré siempre al lado vuestro», respondió el Rey a los dueños de las multinacionales españolas. El periódico «La Razon» en su portada del 5 de junio (y adjunta en la imagen) incidía en esta gran verdad: “Don Juan Carlos tutelará a su hijo como embajador comercial”.

Y el matador Julián López “El Juli” dedicó el primer toro al ex-rey: “su majestad, por apoyar nuestra fiesta y dignificarnos con su presencia”, dijo. Juan Carlos, como amante de “la fiesta”, asintió complacido.

Al Rey sólo le ha faltado en su despedida la guinda con el tercer pilar de sus aficiones confesas. Nos referimos a su condición de polígamo y adúltero de tapadillo, tradición que también le viene de familia. Por tanto, hemos echado de menos que, en la última corrida de Juan Carlos como Rey, no se desmelenase con una despedida torera, sin miedo a los cuernos, como la que nos brindó en su día el torero mexicano Rodolfo Rodríguez “El Pana”, también conocido como “el brujo de Apizaco” (ver vídeo adjunto):

De todos los frescos análisis críticos aparecidos en la prensa, donde no ha quedado un ojo seco desde la renuncia de Benedicto XVI, nos quedamos con las siguientes perlas hagiográficas :

  1. “Su Majestad el Rey ha recibido hoy un cálido homenaje del mundo empresarial en un acto con empresarios en el Palacio del Pardo, donde ha sido recibido y despedido con prolongadas ovaciones y con vivas al Rey” (Agencia Efe).
  2. “Su Majestad el Rey ha presidido por última vez como monarca la corrida extraordinaria de la Beneficencia en Las Ventas; el coso madrileño le ha recibido con una larga ovación a su llegada al palco real, engalanado para la ocasión con flores y guirnaldas y un gran escudo nacional” (La Razon).
  3. “La casi totalidad [de españoles] nos hemos sentido con una profunda conmoción al escuchar la noticia de que nuestro Rey Juan Carlos anunciaba su renuncia (…) Un gran Rey al que siempre han animado y animan sus profundas convicciones cristianas, base del rico patrimonio español (…) Sólo palabras de agradecimiento, de admiración y de alabanza surgen de nuestros labios; y al mismo tiempo, de lo hondo de mi corazón surge una plegaria honda y confiada al Señor por Su Majestad” (Antonio Cañizares, cardenal prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos).
  4. “En el Palacio del Pardo su Majestad el Rey Don Juan Carlos pronunció ayer palabras sobrias, henchidas de íntimo abatimiento que enardeció las conciencias de los allí presentes, que sólo rompieron el silencio para proferir entusiastas ovaciones y emocionados vivas al Rey (…) En ese marco incomparable se dio cita lo más granado de nuestros empresarios y autoridades, que mostraron su gratitud al monarca por la fuerza engendradora de todas sus empresas forjada en los amplios moldes de la Marca España y su elevado orden moral y económico (…) A esta simpática escena acudieron familiares del homenajeado que escucharon, cuál apreciada y preclara gema, un discurso histórico, un bello epílogo convertido ya en inigualable emblema del honor patrio” (El Nuevo Semanario Pintoresco).
  5. «Sí; y viva el Rey» (José Albendea, diputado del PP desde hace 18 años, devoto de San Argimiro de Cabra, cortesano de poco pelo y súbdito monárquico confeso, al votar la coyuntural Ley orgánica de abdicación).
  6. Y, finalmente, el trending topic de la adulación (con permiso de las cacareadas loas a su campechanería): “el rey fue el principal impulsor de la democracia” (Mariano Rajoy et al.)

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Esto es como en el antiguo régimen: la voluntad del rey es ley. Si Juan Carlos renuncia a favor de Felipe (al que quizá conozcan por ser el abanderado más apuesto de los JJ.OO de Barcelona 92) se hace rápidamente una Ley de abdicación que es refrendada por abrumadora mayoría en la Corte de las Cortes; si Juan Carlos y Sofía pierden el título de reyes se hace un real decreto sobre Títulos, tratamientos y honores de la Familia Real para que lo mantengan, si Juan Carlos queda desprotegido penalmente (el rey es el único español que tiene inmunidad ante los tribunales de Justicia según la inviolabilidad e irresponsabilidad que le otorga el artículo 56.3 de la Constitución) se hace una Ley de aforamiento ad hoc que se lo garantice (y no tanto por las presuntas corruptelas sino por las posibles demandas de paternidad), etc.

Pero… ¿Y ahora qué? ¿Borbón y cuenta nueva? ¿Vuelve el felipismo? ¿One Bourbon, One Scotch, One Beer? ¿Cómo se reconvertirán los juancarlistas? ¿Seguirán siendo monárquicos pero sin decirlo abiertamente? ¿Hay que empezar ya a buscar un joven casadero austrohúngaro para la princesa Leonor, preferentemente medio-nazi por lo que pueda pasar? ¿Qué diferencias encuentra Leandro de Borbón entre el flujo borbónico, el binabdelazízico saudita y el kímico de la socio-dinastía norcoreana? ¿Cuántos españoles notarán un cambio de careto en los sellos postales? ¿Seguirán intactas las aspiraciones tertulianas de Jaime Peñafiel?

Y a más a más, ¿se volverán a excitar con los trapitos los nacionalistas catalanes y vascos y su entrañable corte de oportunistas? ¿Este gatopardismo lampedusiano del «cambiar todo para que nada cambie” aumentará las preferencias republicanas del populacho? No nos animemos, los valores republicanos no suelen caer del cielo.

MINUTO Y RESULTADO. LOS ASCENSOS Y LOS DESCENSOS

Tras la abdicación del Juan Carlos I, es probable que conserve su estatus, aunque hay otros cambios de calado, aparte de los pecuniarios (la Casa Real recibió en los últimos cinco años una media de 8.260.847,80 € cada año; este año el salario del Rey Juan Carlos es de 292.752 € anuales, el de la reina Sofía 131.739, el del Príncipe Felipe 146.376 y el de la princesa Letizia 102.464 € anuales; no se conoce cuál es el patrimonio de Juan Carlos ya que nunca se ha publicado, se sabe que tiene cuentas en Suiza por una herencia de Don Juan -no del burlador y libertino ni de un vecino de Socuellamos ni tampoco del chamán yaqui sino de su padre Borbón y Battenberg-, y probablemente dispone de una red de testaferros; Forbes estima su fortuna en unos 1.600 millones de euros por lo que, si esto fuera así, su fortuna no cuadraría con sus honorarios).

Por tanto, en este momento del partido, ascienden:

  • Felipe, que pasa a ser conocido como Sexto en vez de de Borbón, por lo que si alguna vez saca un disco éste se situaría en las estanterías de las secciones musicales de los grandes almacenes junto a los de Camilo Sesto.
  • La Princesa Letizia Ortiz que pasa de cenceña, hierática, polioperada, medio-perroflauta y ex periodista divorciada a ser reina por varíos días, incrementando sus emolumentos en un 29%.

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  • Leonor de Borbón Ortiz, que pasa de infanta a Princesa de Asturias cobrando los 146.376 euros de su padre; de este modo se convertirá en uno de los niños mejor remunerados del mundo, pero todavía a distancia de Angus T. Jones, el rapaz marisabidillo de la serie “Dos hombres y medio”.
  • Iñaki Urdangarín, duque consorte de Palma de Mallorca, que pasa automáticamente de yerno real a cuñado real. Aunque seguramente le sepa a poco porque si es capaz de vivir sin ingresos reconocidos en la segunda ciudad más cara del mundo (Ginebra, según Mercer Human Resource Consulting) el exbalonmanista es capaz de todo.
  • Los republicanos, por razones obvias.
  • El profesorado de apoyo del programa de diversificación curricular para repetidores de la E.S.O. de Felipe Juan Froilán de Todos los Santos de Marichalar y Borbón, que incrementan sus recursos porque el muchacho sube un puesto en la línea sucesoria.
  • Los jóvenes hirsutamente barbados que, ante el desfonde de la generación tapón gerontocrática, se harán con los puestos más relevantes del panorama nacional, incluidos los glutinosos asientos de la Real Academia Española de la Lengua.
  • Los elefantes troquelados de Botsuana, que tendrán que soportar a un patético aspirante a Denys Finch Hatton menos.

Permanecen:

  • La fracción elenista y la colección de doñas, Elena, Cristina, Margarita y Pilar, que conservan su tratamiento como Altezas Reales, Infantas de España y Presidentas de las distintas mesas de cuestación del día de la caridad o la banderita. Sin embargo, no está tan claro el futuro de las meninas de la Corte.
  • Iker Jiménez que, aunque esté cogido por los pelos, podrá seguir contándonos historias de abducciones reales, posesiones medievales y teofanías diárquicas ante la presumible parestesia hiperrealista de gran parte del populacho español.

Descienden:

  • La reina Sofía que, aunque ya puede relajar más su saludo-giro-escorzo de muñeca y el rictus de “lleva su papel con profesionalidad”, tendrá que compartir habitación en las próximas reuniones del Club Bilderberg.
  • Los penosos consejeros de la Corte, que hicieron pasar un mal trago a Felipe en la bochornosa presentación de la candidatura de Madrid 2020 ante los miembros del COI, un recuerdo que ni con un relaxing cup of café con leche cargado de lorazepam consigue sosegar al futuro monarca.
  • La infanta Leonor del futuro que, aunque esto ya no lo veamos, tendrá que llevar algún día el fajín de Capitana General de los Ejércitos de España, sucediendo así a otras Capitanas Generales tan importantes y cualificadas en la Historia como la Virgen de Butarque de Leganés (1571), la Virgen de los Desamparados (1810), Nuestra Señora de los Reyes (1865), la Virgen del Pilar (1908), Nuestra Señora de Zocueca (1925), la Virgen de Covadonga (1939) o la Virgen de los Remedios (1956).

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No obstante, un presunto redactor de lpedeuda.wordpress.com acaba de venir de un futuro no tan distante (concretamente de abril de 2016) donde ha pasado unos días con su familia en Inglaterra (llamada por entonces USSK o Union of Soviet Socialist Kingdoms) y nos ha traído fotocopiada la siguiente portada de prensa donde se refieren a nuestro querido país: →→

La información dice así: “El recién electo Presidente de la Tercera República de España (Pelipe de Bourbon) saluda al actual Presidente del Gobierno de España (Pablo Iglesias) en el tradicional besamanos de la Pascua Militar”.

@LPE_Deuda

Nuestro régimen electoral de bipartido único, amigos míos, hasta el momento tan eficiente, empieza a dar muestras de debilidad, y esto no es que quite el sueño a nuestros sabios dirigentes que velan por nuestro bienestar, pero algo preocupa.

No podrán negar los acólitos de la Escuela de Chicago que miran con cierta envidia a los chinos o a los pérfidos norcoreanos funcionar sin pamplinas electorales,  por aquello del gasto superfluo y eliminar duplicidades, aunque de momento El Tinglado ve oportuno, con la razón y prudencia que le definen, mantener el teatrillo electoral. Además, no faltarán voces, las más keynesianas, que piensen en las contiendas electorales como un motor económico en estos tiempos difíciles.

El momento de suprimir las elecciones no ha llegado todavía, todo dependerá de a quién se le ocurra votar a los ciudadanos.

La Unión Soviética no comprendió las ventajas de dicho régimen. Quizá hubiesen sobrevivido si hubieran creado un sistema parecido, con dos partidos, por ejemplo el Partido Socialista de los Trabajadores y el Partido Popular Obrero. Con esto, alguna que otra gala del prorruso Raphael y una pizca de sociedad de consumo idiota hubieran tirado algunos años más, pero entonces se habrían convertido en nosotros y todo mi argumentario se desenmascararía como lo que realmente es: una gilipollez. Aun así, los ciudadanos hubieran dividido sus odios, en vez de enfocarlo hacia un sólo partido. Ahora, Putin parece comprenderlo.

Socio-liberal y liberal-conservador

Abundan opiniones en los medios, en las altas esferas económicas, en la política y demás vendepatrias, que imploran por un pacto entre los dos grandes partidos, supuestamente antagónicos, por el bien de España. El otrora siniestro Señor X, somnoliento consejero de Gas Natural y hoy flamante Hombre de Estado Felipe González acaba de manifestarse a favor, entre otros muchos, «si el país lo necesita». Viniendo de él parece una amenaza. Con todo este ruido ponen la pelota en la cancha.

Dicho pacto, no nos engañemos, ha existido siempre. En el Parlamento Europeo votan lo mismo tres de cada cuatro veces y aquí cada día nos cuelan alguna teniendo como broche de oro la reforma del artículo 135 de la Constitución, la madre de todos los recortes. El único escollo que pueden tener los dos grandes partidos para alcanzar un acuerdo, no lo menospreciemos, es el siempre complicado reparto de sofás.

Mientras Cayo Lara sufre un ataque de cuernos, los simpatizantes y/o militantes de base del PP y del PSOE, por el momento no dan crédito a estos rumores, ven dicho pacto tan antinatura como trabajarle un anilingus a una zarigüeya. Demasiado tiempo educado en el odio al otro, forofeando en tertulias de política de taberna, para que de la noche a la mañana sean socios y compañeros.

Estado de las negociaciones

 

De verlo como algo «necesario» se encargará la maquinaría mediática que esparcirá el miedo correspondiente,  y la mayoría de simpatizantes del bipartido único acatarán. A los diez minutos les parecerá que esto ha sido así siempre. Habrá desertores por el camino, muchos negarán tres veces haber votado a alguno de estos partidos, en especial los del partido socialista, que es el partido absorbido en este caso, y el condenado a la desaparición.

 

Cuando se consolide el pacto mandaré una carta al director de El País, otro entusiasta del PPOE. «No vivo hasta que llega el domingo para deleitarme con la columna de Antonio Muñoz Molina…» comenzaré, si pretendo ser publicado. Pero el verdadero y noble motivo de la misiva será proponer la rehabilitación política de aquellos visionarios que fueron Tamayo y Sáez, que se negaron a pactar con los comunistas ya bastante tiempo atrás, por lo que sufrieron a todas luces un injusto linchamiento público.

Este pacto no es más que el siguiente paso en el guión del saqueo, que responde al cambio de régimen que estamos viviendo. De hecho ya existe en 10 países de la Unión Europea, y subiendo. Realmente no es malo que esto ocurra, pues a muchos se les caerá el palo del sombrajo. Por contra, las políticas que puedan ejercer estos años impunemente, sin pantomimas en el congreso y con barra libre, pueden destrozar la vida de millones de personas.

 

 

 

Se despertó con los primeros rayos del sol. Miró el reloj, eran las 4:30 de la mañana. Hizo la cama con más voluntad que acierto, y acto seguido, se apoyó en la misma para hacer unas cuantas flexiones a pesar de encontrase algo mayor y cansado por el viaje. Una hora después, llamaron a la puerta, una mujer entró y le dijo: “no tenía usted que haber hecho la cama, no señor Mandela”.

Cuenta John Carlin en su interesante y apasionado libro “Playing the enemy” (“El factor humano”, sobre la que se hizo la película “Invictus” de Clint Eastwood) que Mandela ni cuando estaba en un Hotel de lujo ni invitado en casa ajena ni siquiera en Buckingham Palace rompía con los rituales establecidos durante sus 27 años de prisión, tiempo más que suficiente para que cualquier persona acabe institucionalizada.

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Nelson Rolihlahla Mandela (1918-2013) es un político clave en la historia de Sudáfrica junto a otros agrupados en torno al Congreso Nacional Africano (ANC) que conformaban el propio ANC, el SACP (Partido Comunista Sudafricano) y el COSATU (Congreso de Sindicatos de Sudáfrica) como Albert Lutuli (1898-1967) premio Nobel de la Paz 30 años antes que Mandela, Walter Sisulu (1912-2003) también condenado en el juicio de Rivonia y encarcelado en la isla de Robben hasta 1989, Anton Lembede (1913-1947) del que se inspirase el propio Patrice Lumumba (único Primer Ministro democrático congolés del siglo XX hasta que fue asesinado por la CIA), Oliver Tambo (1917-1993) que pasó 30 años exiliado, Joe Slovo (1926-1995), 27 años exiliado, o Stephen Biko (1946-1977) encarcelado bajo la Ley Antiterrorista, torturado y asesinado por el terrorismo de estado.

Mandela es un gigante político en comparación con los políticos del momento (desde el más importante, el Nobel Obama, al más irrelevante, Rajoy) que no paran de citarle como ejemplo y fuente de inspiración personal. Los niños, los apolíticos de derechas y los bacaladeros deberían conocer que, efectivamente, Mandela estuvo ni más ni menos que 27 años encarcelado por defender causas que hoy serían evidentes, lo que supone el 35% de su vida adulta. Fue el prisionero 466/64 en la isla Robben a 12 km de Ciudad del Cabo, en penosas condiciones durante 18 años, después estuvo nueve años más en la cárcel de Pollsmoor (junto a Walter Sisulu) y en otras prisiones para facilitar el mantenimiento de discretos contactos con el gobierno sudafricano cuando el régimen se descomponía. Pero en lugar de debilitarle la falta de libertad, Mandela tuvo la inteligencia para fortalecerse en prisión, estudió la historia, cultura y lengua de sus adversarios afrikáners, meditó críticamente sobre la lucha armada, el papel futuro del ANC y las vías de la reconciliación, comprendió que cuando uno está capacitado para hacer justicia le hace mas fuerte el perdón que la venganza e incluso se doctoró en Derecho por correspondencia en la Universidad de Londres (y al parecer se le impidió llegar al rectorado, colocando hábilmente en su lugar a la Dama del Cardo y posterior presidenta de la Federación Ecuestre Internacional, la princesa Ana del Reino Unido).

Mandela era listo e inteligente como el que más, cuando comenzó a cobrar más protagonismo, a través de su propia imagen estaba “vendiendo” al mundo una Sudáfrica moderna que la mayoría de los gobiernos y multinacionales occidentales estaban deseosos de poder “comprar” para expiar su culpa por haber mirado para otro lado en tiempos de la Sudáfrica racista, esto es, haber puesto paños calientes a un régimen de apartheid (que significa «separación«) basado en un violento sistema institucional de discriminación y segregación racial de los blancos contra los no blancos que duró desde el año 1949 hasta 1994.

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Durante el régimen racista de Sudáfrica 50.000 agricultores blancos poseían el 92% de la tierra, mientras que el 8% restante quedaba para 14.000.000 de depauperados agricultores negros y sus familias. De ese modo, el apartheid también tuvo su reflejo en las leyes (que, como apuntaba Marx, siempre son expresión de las clases dominantes) como la Ley de Prohibición de Matrimonios Mixtos (1949), la Ley de Registro de Población (1950) por la que había una “Junta de clasificación de razas” a la que se podía acudir para solicitar de qué raza a qué raza se quería uno pasar (a saber, de mayor a menor ilotismo: negros, indios, mestizos y después, claro, blancos), la Ley de Supresión del Comunismo (1950) por la cual casi cualquier oposición, además del SACP, se consideraba comunista tal y como se le calificó a Mandela como joven dirigente del ANC, la Ley de Áreas de Grupo (1950) que creaba guetos, la Ley de Servicios Públicos Separados (1953) con sus infaustos letreros «sólo para blancos«, la Ley del Trabajo de Nativos (1953) por la que se prohibió la huelga a los trabajadores negros, la Ley de Nativos (1956) que imposibilitaba a los negros acudir a la justicia por desalojos de sus viviendas, la Ley de Promoción de Autogobierno Bantú (1959) que prohibió presentarse al parlamento a los negros; la Ley de Extensión de Educación Universitaria (1959) que prohibió el acceso de los negros a las universidades reservadas para blancos, la Ley Anti-Terrorista (1967) que posibilitaba la detención indefinida sin tutela judicial y la tortura como método policial, etc. En el juicio de Rivonia, que condenó a Mandela a cadena perpetua por casi 200 actos de sabotaje en 1964, Mandela dijo lo siguiente: “hay dos maneras de salir de la pobreza: la primera es mediante el acceso a la educación reglada y la segunda la formación laboral del trabajador y por consiguiente un salario más alto; en lo que respecta a los africanos [negros] ambas posibilidades se ven deliberadamente reducidas por la legislación”.

En España nunca supimos gran cosa de Sudáfrica, en los ochenta veíamos recurrentemente por el televisor las manifestaciones de protesta de los negros como algo muy distante, la matanza de Soweto (1976) con casi 600 muertos ya quedaba lejos aunque la canción del interesante grupo punk TDeK titulada “Carne picada” (1986) ya nos decía a los televidentes: “Sudáfrica está al rojo, que felicidad, se han cargado a quince negros… nena pasa el pan… una vez puesto el reclamo ya te pueden anunciar… la basura para audiencias que alimenta la publicidad”. Posteriormente hemos sabido más de Sudáfrica por el Mundial de fútbol de 2010, una de las pocas alegrías inocentes del sufrido pueblo español ya que la Copa del Mundo la ganó un equipo parcialmente africano (España) a otro parcialmente afrikáner (Países Bajos). Hubiese sido una desgracia para muchos sudafricanos que en el minuto 82 de la final el portero del seleccionado español (Casillas) no hubiera parado el mano a mano con el delantero holandés (Robben) ya que no se hubiera producido el gol de la victoria de los muchachos de Del Bosque en el minuto 116 (Iniesta); además la conexión de ideas hubiese resultado desagradable para el propio Mandela: Isla de Robben-Gol de Robben. Estas anécdotas son las que más emocionan al gran estadista en el que se ha convertido el Presidente del gobierno de España (Rajoy) que ha comentado a los periodistas sus apasionantes impresiones sobre el funeral de Mandela: “es un momento muy bonito porque es el estadio en el que España ganó el Mundial”.

MandelaAlborotadorVive5Bueno, el funeral de Mandela ha sido un momento muy bonito, casi futbolístico; parece que la mayoría de los medios de comunicación han seguido esta misma línea simplona. La muerte de Mandela ha sido tratada en los medios occidentales como si el personaje fuese una mezcla de Michael Jackson, Lady Di y el Papa; se puede decir que ha muerto posmodernamente en mediático olor de santidad pop. La mayoría de los medios han mostrado a un Mandela bonachón, anciano e inofensivo, como si nunca hubiese leído a Marx, hubiese adquirido su conciencia política y de clase por ciencia infusa y hubiese estado en la cárcel de paso. En España algunos medios derechistas han sido más atrevidos ya que han recordado su pasado de inspiración y compromiso socialista aunque hayan tenido que bloquear los comentarios en sus ediciones digitales por los insultos racistas que dedicaban al personaje sus educados y cristianos lectores; por ejemplo, uno de ellos, más moderado, probablemente un troll, no se quejaba de que Mandela tuviera su propio día en la ONU (“Día Internacional de Nelson Mandela”) sino que éste fuera precisamente el 18 de julio, el dína del “glorioso alzamiento de la cruzada nacional en España”, y es que Mandela, al no ser de Bilbao, no pudo haber nacido cuando y donde quiso.

En realidad lo que se le reconoce a Mandela es no haber sido vengativo contra las élites blancas represoras y el mantenimiento del poder económico básicamente en las mismas manos del apartheid; por ejemplo, el programa del ANC abandonó su objetivo de nacionalizar la riqueza minera del país con fines redistributivos o que casi todos los mandos policiales de la era apartheid continuaran en sus puestos durante el paso de la dictadura a la democracia, que allí no se conoce como “la transición” como en España sino como “el proceso”.

Este mantenimiento del status quo verdadero (el control de los medios de producción por la antigua élite sudafricana y multinacional) ha favorecido el travestismo de muchos medios de comunicación, políticos, empresarios, etc. que se han sumado a la corriente de las loas a Mandela de manera sobrevenida y tardía. Es el caso de muchos think tanks neocons como el estadounidense Fundación Heritage que pasó del “Nelson Mandela no es un luchador por la libertad, ha apoyado el terrorismo” (1990) al “Nelson Mandela fue un símbolo de compasión e igualdad” (2013).

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Del mismo modo, hasta hace poco Mandela era un terrorista convencido, un comunista de estricta obediencia y un racista contra los blancos para los ídolos del neoliberalismo como Margaret Thatcher (que mientras se oponía a las sanciones impuestas por la ONU y la UE a la Sudáfrica racista de P. W. Botha, al que invitó a visitar el Reino Unido, apoyaba a los Jemeres Rojos de Pol Pot o consideraba a Pinochet un benefactor de la humanidad) y Ronald Reagan (que en 1986, apoyó a los 180 congresistas que votaron en contra de la resolución de la ONU tras la campaña internacional que inició Tambo para apoyar la liberación de Mandela). Ya en 1990 ninguna institución oficial de Florida recibió a Mandela porque sostenían que no había renegado de su amistad con Fidel Castro (y como podría hacerlo si los países que siempre apoyaron la causa del ANC fueron del ojete del mal: Cuba, URSS, Libia, Angola, Palestina, etc.), de este modo, el gobierno de EE.UU. mantuvo a Mandela en una lista de terroristas internacionales hasta el año 2008, bastante después de su retirada de la política y de recibir el Premio Nobel de la Paz junto al reformado Frederik de Klerk.

Pero Mandela no era tal y como lo veían Botha, Thatcher y Reagan, sino que era tal y como lo veía su pueblo. En el año 1985 en las negociaciones informales con el gobierno sudafricano (a través del ministro Kobie Coetsee) Mandela se negó a canjear el cese de la lucha armada (estrategia que ya estaba decidida) por su libertad condicional o a participar en el descabezamiento del Partido Comunista (SACP), “no voy a deshacerme ahora de socios leales que han estado con el ANC a lo largo de toda la lucha” dijo. Y sabía de lo que hablaba, Mandela era muy amigo del dirigente comunista del SACP Joe Slovo pero si hubiese triunfado la fallida operación para asesinarle (orquestada por el servicio secreto Sudafricano a través del montaje de un intento de fuga en 1969) el “nuevo Mandela” podría haber sido el muy popular Chris Hani, comunista y líder del SACP y jefe del pomposamente llamado Umkhonto we Sizwe, brazo armado del ANC surgido tras la masacre de Sharpville en 1960 donde la Policía mató a 69 manifestantes, detuvo a 12.000 personas e ilegalizó el ANC (el propio Mandela, militante del Umkhonto we Sizwe, pasó a la clandestinidad hasta que fue detenido por el servicio secreto sudafricano en colaboración con la CIA). Pero aunque Chris Hani respaldó siempre a Mandela en las negociaciones, el abandono de la lucha armada y las posibilidades de reconciliación, fue asesinado en 1993 por un ultraderechista casi analfabeto llamado Janusz Waluś en una época de gran tensión política que estuvo por dar al traste el ascenso a la presidencia de Mandela.

Y a pesar de todo finalmente Mandela legó a ser presidente de Sudáfrica (1994-1999) con el 62% de los votos en las primeras elecciones multirraciales por la lista del ANC (la organización terrorista para los thatcherianos y los reaganianos). Desde entonces Sudáfrica ha desterrado el apartheid y ha mejorado algunas otras cosas; por ejemplo, el grupo paramilitar racista Afrikaner Weerstandsbeweging (AWB) creado por Terre’Blanche (hasta su iluminación y posterior asesinato a machetazos por dos de sus empleados), los llamados «bitter enders» (antiguos bittereinders) y demás basura neonazi o el ultraderechista partido político zulú Inkatha fundado por el colaboracionista Buthelezi (combatió a la disidencia Zulú y al ANC a cambio de reinar sobre un pequeño y pobre feudo financiado por el gobierno del apartheid) son ya muy residuales.

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Sin embargo, Sudáfrica todavía tiene muchos problemas (como todas las democracias partiticráticas que nos hemos dado). Es el país industrializado más desigual del mundo (0,65 de índice de Gini; por ejemplo, España, el segundo país más desigual de la UE tiene un índice de Gini del 0,35), el índice de corrupción es elevado, la criminalidad sigue disparada (especialmente contra las mujeres, hasta el propio Oscar Pistorius, el gran atleta olímpico y paralímpico otrora ídolo nacional, ha sido acusado de asesinar a su novia), la tasa de desempleo es muy alta (40% los negros, 28% los mestizos, 16% los indios y 7% los blancos) y la policía sigue reprimiendo a los que reclaman mejoras laborales (la masacre de las minas de Lonmin plc en 2012 se saldó con 34 mineros muertos a balazos por la policía); incluso el más conocido de los escritores sudafricanos (J. M. Coetzee) nos habla del fatalismo de una Sudáfrica donde todavía sigue muy presente la desgracia.

Nelson Rolihlahla MANDELA ha muerto el pasado 5 de diciembre, justo 222 años después del fallecimiento de Mozart. Rolihlahla, en xhosa, en el lenguaje de su etnia, significa algo así como “alborotador”.

Tristramshander

Se cumplen tres años del infausto mayo de 2010 donde iniciamos oficialmente el camino del austericidio guiados por los “inefables expertos” de la troika (no me refiero al moderado terceto Bujarin, Ríkov, Tomsky sino al feroz trío Fondo Monetario Internacional, Comisión Europea y Banco Central Europeo). De todos ellos hoy me referiré al Banco Central Europeo (BCE, institución supuestamente semipública pero, en el fondo, sucursal del Deutsche Bundesbank y lobby de los bancos) cuyo diseño institucional a favor de la gran banca es culpable de muchos de nuestros males y nos ha obligado a regalarles al menos 100.000 millones de euros de nuestros impuestos en el periodo 2010-2013 a cuenta de los intereses de la deuda. Y todo esto mientras la banca, con la germana a la cabeza, deshacían sus posiciones (y exposiciones) en España fruto de sus malas praxis e inversiones y nos daban lecciones de austeridad y desapalancamiento.

La trama comienza cuando descubrimos que la tóxica banca europea, zombi y yonqui a partes iguales, necesita periódicamente “inyecciones de liquidez”. Con este panorama, el 24 de junio de 2009 el BCE distribuyó entre 1.121 bancos 442.241 millones de euros, el 21 de diciembre de 2011 fueron 489.191 millones de euros a 523 entidades bancarias y el 29 de febrero de 2012 la cuantía se elevó a 529.531 millones de euros a 800 bancos. Esto ha supuesto, en sólo tres tandas, 1,46 billones de euros desembolsados por el BCE (es decir 1,5 veces el PIB de España o el 17% del total del PIB de la zona Euro) a los bancos en condiciones muy favorables.

El truco es el siguiente: El BCE presta dinero a los bancos a un tipo de interés del 1% ”para facilitar el crédito a los hogares y las empresas” pero estos destinan el dinero a cubrir sus vencimientos y sanear su tesorería comprando deuda soberana (española e italiana sobre todo) que ofrecen grandes rentabilidades (entre el 4% y 6% de interés) ya que los estatutos del BCE prohíben financiar directamente a los Estados al 1% (de ahí que 9 de cada 10 euros de deuda pública la tengan las propias instituciones financieras). Es decir, España va al BCE y dice: “necesito 100, dame 100 y te devuelvo 101” y el BCE le contesta: “sí, efectivamente yo doy dinero al 1% pero sólo a los bancos, así que si quieres 100 pídeselo directamente a los bancos”. Entonces España va al Banco A y repite: “necesito 100” y el Banco A le contesta: “vale, te doy 100 pero me das 105 porque es lo que dice el mercado”. España suspira: “que remedio, dame los 100 y te devuelvo 105 porque nadie me lo va a dar y lo necesito para afrontar los pagos”. Entonces el Banco A, que coge 100 del BCE con el compromiso de devolver 101 y acto seguido presta 100 a España con la garantía de recibir 105, y piensa para sí mismo: “vaya chollo que tenemos en la Unión Europea, acabo de ganar 4 limpios (105-101) con un simple golpe de ratón”.

Por tanto, el BCE le está regalando gratis a los bancos la diferencia (entre un 3% y 5% de intereses, esto se traduce en miles de millones de euros) tan solo con que éstos compren deuda pública (esta inversión apenas presenta riesgo ya que una suspensión de pagos de cualquier país del euro daría al traste con el contubernio montado en torno al euro, ya sabemos “deuda pública=activo sin riesgo”). Esa cantidad es la que tenemos que la ciudadanía tiene que financiar con los recortes en los servicios públicos a fin de socializar las pérdidas bancarias, regalar nuevas apuestas de casino a los especuladores y cerrar el círculo del tinglado de la plutocracia para conservar su poder y capital.

Si esto es lo que queremos Herbie PopneckerY, mientras tanto, ¿qué hacen nuestros representantes, los políticos? Pues ni más ni menos que el mayor atentado contra nuestra soberanía y la “democracia que nos hemos dado”: con plena agostidad, interrumpiendo sus merecidas vacaciones estivales, sus señorías aprobaron de urgencia (en Agosto de 2011) una reforma de la Constitución Española (en su artículo 135) con el liderazgo del PSOE y el apoyo sin fisuras del PP para establecer constitucionalmente la prioridad del pago del déficit y los intereses de la deuda sobre cualquier otro gasto. Para nuestro bochorno dice así en su apartado 3º: “los créditos para satisfacer los intereses y el capital de la deuda pública de las Administraciones se entenderán siempre incluidos en el estado de gastos de sus presupuestos y su pago gozará de prioridad absoluta”.

Bueno, quizá priorizar absolutamente el pago de los intereses de la deuda en la Constitución española no sea tan grave o pecaminoso, la Iglesia Católica ya modificó el “Padre Nuestro” hace un par de décadas ya que Jesús de Nazaret dijo claramente “perdónanos nuestras deudas, tal como nosotros ya hemos perdonado a nuestros deudores” (Mateo 6:12) pero la Iglesia Católica, que se arroga el derecho de corregir al mismísimo hijo de Dios, lo ha cambiado por “perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden”, plegaria algo más “financieramente correcta”.

1) LOS DATOS. EL TIMO DE LOS INTERESES DE LA DEUDA

Ahora que se ha comentado una de las maneras de transferir capitales de los irresponsables ciudadanos que “han vivido por encima de sus posibilidades” a los pobrecitos bancos “que han sufrido la coacción de los Estados” analizaremos las cantidades que, repito, hemos regalado a los bancos por obra y gracia del diseño institucional del BCE a favor de los intereses del gran capital.

La tabla 1 recoge la evolución de algunos de los indicadores en el periodo comprendido entre el año 2007 (antes de la crisis) hasta 2013. En un primer vistazo se ve el excelente resultado de las políticas de austeridad auspiciadas por los fieras de la troika y seguidas disciplinadamente por los gobiernos del PSOE y del PP: decrecimiento del PIB en un 2%, aumento de la deuda pública un 123%, aumento de la deuda sobre el PIB en 39 puntos porcentuales (y eso que por el arte de la contabilidad no se incluyen las ayudas a la banca, que en caso de hacerlo todavía sería mayor) y descenso de los ingresos públicos sobre el PIB (4 puntos porcentuales a la espera de consolidar los resultados del año 2013).

Tabla 1. Lo prometido es el interés de la deuda.

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Pero más interesante resulta el escandaloso crecimiento del 142% en el periodo 2007-2013 de la partida destinada al pago de los intereses de la deuda (porcentaje que se elevaría al 166% si se considera el total del dinero a pagar incluyendo las amortizaciones de la deuda comprometidas, los datos son públicos a través de la página http://www.sepg.pap.minhap.gob.es/sitios/sepg/es-ES/Presupuestos/PresupuestosEjerciciosAnteriores/Paginas/PresupuestosEjerciciosAnteriores.aspx).

En el periodo 2007-2013, hemos pagado un total de 167.672 millones de euros sólo en intereses de la deuda, que es ni más ni menos que el 50% de toda la deuda pública que teníamos en 2007 y eso que como es fácil comprobar ni desciende el déficit público ni la cuantía de la deuda (en realidad hace lo contrario, cuantos más intereses pagamos, más aumenta la deuda). Y para analizar la cuantía de esta cantidad bastaría compararla con los recortes de 10.000 millones de euros en Sanidad y Educación (Abril de 2012) o los 65.000 millones de euros adicionales en el nuevo paquete de recortes antisociales (Julio de 2012).

Desde el año 2008 cada ciudadano español (hombres, mujeres, bebés, ancianos, nacionales, residentes extranjeros, etc.) ha destinado una media de 1,50 € cada día a los intereses de la deuda. Habida cuenta que en mi barrio me puedo tomar una caña generosa por 1,50 € y solo salgo una vez a la semana, con el dinero destinado a los intereses de la deuda me podría tomar 7 cañas en cada una de mis salidas semanales, y luego se quejan los barmans de que nuestro recorte de presupuesto en birras ya no puede seguir financiando la universidad de sus hijos.

Pues bien, de esos 167.672 millones de euros esfumados en intereses de la deuda podríamos habernos ahorrado en torno a 135.000 millones si los estatutos del BCE financiasen directamente a los Estados al 1% tal y como hacen con los bancos. Esto es una decisión política y no económica por lo que la solución al desaguisado también podría ser política: declarar esa parte de la deuda ilegítima, no pagarla y dedicarla a refinanciar la Sanidad, la Educación o la inversión pública y con ello crear miles de puestos de trabajo.

2) EL MIEDO. EL TIMO DE LA PRIMA DE RIESGO

Pero para que este tinglado plutocrático funcione se necesita que la gente lo acepte y para ello existen principalmente dos vías: 1º) la ignorancia del populacho de los cambalaches del chiringuito financiero y 2º) el miedo del populacho ante la hecatombe de la civilización.

Hablaré del miedo. Y para ello hablaré de la antaño famosa (y temida) prima de riesgo. Tradicionalmente la prima de riesgo es un indicador sin ninguna relevancia en los manuales de economía pero ha encontrado su momento en el ambiente de la doctrina del shock. La prima de riesgo es el sobreprecio que paga un país por capitalizarse en los mercados internacionales a través de sus emisiones de deuda pública comparados con los de Alemania (que se supone que siempre tiene un riesgo de impago nulo) y es un indicador de la solvencia de un país y de la cuantía de los intereses que paga por financiarse

Dos pájaros de un tiro se matan con una prima de riesgo desbocada: 1º) objetivamente una prima de riesgo alta mantiene los intereses de las subastas de deuda pública más altos así los bancos compradores pueden hacer más negocio, y 2º) subjetivamente la prima de riesgo es la gran amenaza, la espada de Damocles, el anuncio del Armagedón económico, que sirve para imponer recortes, intervenir la política presupuestaria y establecer líneas rojas de intervención con condicionalidad macro y micro económica (por ejemplo, la “barrera psicológica” de los 500 puntos con los que se intervino a Irlanda o Portugal) a los Estados presuntamente «más gastosos».

Pero curiosamente la prima de riesgo más que a los Estados se refiere a los sistemas financieros que operan en esos Estados y más que a la deuda pública refleja más la privada cuando no la posición Target de los sistemas bancarios dentro del eurosistema. Un ejemplo de esto lo vemos en el siguiente gráfico de la evolución de la prima de riesgo en España, se aprecia que su valor siempre ha sido más alto que el que tenía en el comienzo oficial del austericidio (mayo de 2010) por lo que los bancos han ganado mucho dinero con la compraventa de bonos españoles (pagados a un interés más alto).

Gráfico 1. El Armagedón financiero-contable, la famosa prima de riesgo española ningunea a Zapatero y Rajoy pero no a Draghi.

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       Se observa que la prima de riesgo va a lo suyo, no se deja impresionar por los anuncios de recortes de los aventajados alumnos de lo neoliberal como Zapatero o Rajoy (o los cambios de gobierno) tal y como nos cuentan machaconamente los políticos y medios de comunicación (que dicen “la prima de riesgo sube porque vivimos por encima de nuestras posibilidades, porque tenemos unos servicios públicos sobredimensionados, porque tal o cual político ocupa la Moncloa, etc.”) esto, claro está, no es más que una pantalla para justificar los recortes metiendo miedo a la ciudadanía ya que la prima de riesgo baja momentánea pero en mayor medida cuando el Banco Central Europeo interviene en los mercados de deuda, por ejemplo mediante los 1,46 billones de euros desembolsados ya comentados o cuando Draghi (el presidente del BCE, exdirector ejecutivo del Banco Mundial y exvicepresidente para Europa, como no podía ser de otra manera, de Goldman Sachs) anunció el programa OMT (Outright Monetary Transactions) en verano de 2012 para implementar importantes compras de deuda soberana en los mercados secundarios. Sin embargo, buscar demasiadas causas a las subidas y bajadas de la prima de riesgo (depreciación del yen, bajada de tipos, etc.) es inútil pues, como casi todo lo financiero, algo que es meramente irracional no puede estar sometido a razones.

Por tanto, para empezar, a pesar de lo que diga la adulterada Constitución en su artículo 135, no habría que pagar la parte ilegítima de los intereses de la deuda generados desde 2007 (más del doble de todos los recortes que hemos sufrido los españoles) en virtud de un diseño institucional del BCE al servicio de la banca internacional y los intereses de la plutocracia austerófila. Y para continuar, habría que empezar a pensar en alternativas al propio dinero, al sistema financiero internacional y a la financiarización de la economía que son intrínsecamente destructivas para la sociedad.

Dataman Tristamshander