El reciente asesinato del izquierdista Pavlos Fyssas causó, al ser blanco y griego, una ola de indignación en Grecia que puso al grupúsculo paleofascista Amanecer Dorado contra las cuerdas. Detenciones, caída de apoyo popular, incluso se hablaba de ilegalizar el partido o de ir más allá: investigar a los empresarios que sostienen el tenderete.
Es comprensible perder los nervios
Por ello es sospechosamente oportuno el atentado contra dos jóvenes fascistas, que inmediatamente han sido presentados en sociedad como unas joyas que cualquier madre cabal querría para sus hijas, en definitiva, dos buenos muchachos que sólo querían una Grecia pura y ese tipo de ideario del que ya sabemos que requiere un elevado esfuerzo intelectual.
Resulta difícil creer que el atentado sea obra de grupos de ultraizquierda, sería un acto políticamente torpe, semejante al del asesinato de Fyssas. Para buscar culpables podemos seguir la pista de a quién ha beneficiado esto, al propio partido político, que se refuerza en su victimismo y sus simpatías, pero sobre todo al gobierno, coalición de conservadores y socialistas, testaferros de El Tinglado allí llamado troika, que desvía la atención sobre la venta del país, a la par que refuerza a una potente banda de fascistas dolorosa pero necesaria para poner orden en la calle.
En definitiva, la guerra entre pobres que se proyecta hace que se oigan desde aquí sus carcajadas.
Lagarde
Lo prometido es deuda 
También beneficia al Tinglado porque aleja a la «extrema-izquierda» de la condición de víctima en la que le había situado el asesinato del rapero. De todas formas tampoco me extrañaría que hubieran sido tan torpes de hacerlo ellos sin pensar en las nefastas consecuencias políticas. Es habitual que los de abajo se presten a matarse entre ellos sin darse cuenta de que los beneficiados son siempre los de arriba.
Si, la venganza y la visceralidad son muy humanas. Hasta Philemón pierde los papeles de vez en cuando. Si es cierto han errado el tiro, apuntando realmente bajo, en el peor momento.
Mientras, ayer se vivió en Grecia la quinta huelga general del año contra el saqueo del país, los recortes en los derechos laborales, la abolición de facto de los convenios colectivos, el despido o traslado forzoso de funcionarios, la privatización de empresas públicas, etc., entre otras barrabasadas.
No puedo estar mas de acuerdo con la entrada. Ahora toca apoyar a los nazis para distraer la atención. Condenar a los gitanos porque roban unos euros o a niños blancos ( que luego resulto que eran también gitanos) sin plantearse que duermen en la calle. Distraer la atención de los verdaderos responsables. Que «el pueblo» se acusen entre ellos. En España se acusa a los políticos de corruptos para que nos autoflagelemos por nuestra idiosincracia sin preguntarnos quién los compró. Distracciones. Balones fuera.